Minoría, cultura, etnia..., los gitanos no se caracterizan sólo por un universo simbólico diferenciado (la cultura en sentido débil) sino también y sobre todo por un modo de vida material, en gran medida, alternativo (la cultura en sentido fuerte).La escuela, por su parte, lejos de estar sin más al servicio del desarrollo humano se manifiesta como un mecanismo clave en la formación y la reproducción de esta sociedad: sociedad sedentaria, individualista de familia nuclear, de mercado, dominada por las organizaciones, con predominio del trabajo asalariado, de derecho, liberal y democrática...Excluidos, primero de derecho y luego de hecho, durante siglos; aceptados después en forma segregada (en las escuelas-puente) e incorporados al fin, recientemente y a la fuerza, a una escuela hecha a la medida exclusiva del mundo payo, los alumnos gitanos y la escuela viven hoy un difícil y conflictivo proceso de adaptación.La experiencia de este proceso obliga, por un lado, a apreciar en todas sus dimensiones la especifidad del modo de vida gitano, más allá de cualquier simplificación bienpensante, y, por otro, a situar y relativizar las características de la escuela, separando aquellas de validez universal de las derivadas de circunstancias sociales contingentes.Alumnos gitanos en la escuela paya analiza éstos y otros aspectos del reciente (des)encuentro entre aquéllos y ésta sobre la base del análisis pormenorizado de un conjunto de centros. Mariano F. Enguita es catedrático de Sociología en la Universidad de Salamanca. Entre sus obras más recientes se encuentran La profesión docente y la comunidad escolar (2.ª ed. 1998), La escuela a examen (8.ª ed. 1998), Economía y Sociología (2.ª ed. 1998), La perspectiva sociológica (1998) y Sociología de la Educación (Ariel, 1999).