La llegada del Renacimiento a la España de finales del siglo XV y principios del siglo XVI trajo consigo todo un movimiento de renovación estética cuya incidencia fue decisiva en nuestras catedrales. Su aceptacion no solo conllevo la transformacion parcial de los templos, sino que dio lugar a la construccion de alguno de los edificios catedralicios mas notorios de la arquitectura hispana.