Lo que hace de cada ser humano un individuo singular, diferente de todos los demás, es la historia de sus placeres y sus sufrimientos. Con este descubrimiento, Freud abrió un camino que supuso al mismo tiempo una revolucion en la vida cotidiana y una aventura del pensamiento. El placer siempre tiende al exceso, y por eso parece escaparse de toda explicacion racional y oponerse a todo proyecto de autocontrol. La novedad del psicoanalisis reside precisamente en la atencion que dedica al placer, desvelando su paradoja: el placer parece irracional y, sin embargo, es uno de los elementos mas importantes en la vida de los seres racionales. Pero ¿donde se manifiesta, en mayor medida, el placer humano? Sin duda en la experiencia amorosa, una experiencia que no depende de ninguno de sus protagonistas en concreto, sino de la interaccion entre todos ellos, pues su esencia es que es preciso conocer al otro para tener acceso a uno mismo. Gracias a esta alienacion, y no a pesar de ella, cada ser humano alcanza su singularidad, determinada a su vez por el placer y el sufrimiento. Asi, la identidad de cada uno juega en el destino de sus placeres. A partir de estas premisas, Monique David-Menard propone una lectura del psicoanalisis accesible a todos y ofrece ejemplos claros y precisos que ilustran su proposito.
Em A vontade das coisas: o animismo e os objetos, a filósofa e psicanalista francesa Monique David-Ménard reúne um vasto repertório de tudo que já foi dito e estudado sobre as relações que estabelece