Durante muchos años hablar de la represión franquista ha sido un ejercicio tabú, gracias, en gran parte, a una transición en la que se pactó olvidar el dolor. Pero algo se les escapó a esos grandes mandatarios y es que, pese a ser muy duro, como diria L. Cernuda, volver a los lugares por los que cruzo el llanto, es este un ejercicio de democracia. Necesitamos desempolvar esas leyes, denuncias, partes carcelarios y demas escritos tintados de odio y faltos del espiritu catolico del que tanto se vanagloriaban los españoles de bien, para poder otorgar el lugar que se merecen a tantas personas maltratadas por el regimen. El papel franquista huele a sufrimiento, a desgarro y sobre todo, a silencio. Huele al silencio de los que fueron relegados a acatar los mandatos de impios gobernantes y las costumbres de la timorata sociedad de la epoca. De ahi nace la idea de realizar mi estudio a la represion homosexual en el franquismo y es que, si la represion politica fue olvidada, la represion social habitaba en el ultimo rincon del olvido. Durante los ultimos años algunos escritores han aportado importantisimos trabajos de investigacion sobre el periodo y yo he pretendido aportar un granito de arena en esta noble tarea, porque estoy convencido de que somos nuestra historia. Vagos, maleantes y homosexuales analiza dos ejes fundamentales de la represion franquista: la legislacion y la medicina, que sirven intentar esclarecer lo que habia tras la represion sexual en la sociedad patria.