EL ACANTILADO - 9788416748488
¡Sólo por opinar entras en el sorteo mensual de tres tarjetas regalo valoradas en 20€*!
(2) comentarios
(2)
(0)
(0)
(0)
(0)
2 opiniones de usuarios
JOSÉ LUIS DÍAZ RAMOS
28/08/2021
Tapa blanda
Creer y destruir ofrece algunos enigmas tanto o más interesantes que sus respuestas, aunque no siempre sean abordados directamente por su autor. Por ejemplo, defiende la tesis de que los intelectuales de las SS no contribuyeron a construir el corpus ideológico nazi por oportunismo o por estrategias de propaganda, sino por auténtica convicción científica e ideológica en la superioridad racial aria y en la dimensión apocalíptica e inevitable de la guerra total. «En una palabra –escribe Ingrao−, creyeron hasta el final en lo que hacían». El término «creyeron» no es baladí: se trataba de un asunto de fe. La labor intelectual de los académicos objeto del estudio de Ingrao consistió en desarrollar la integración entre raza y Cultura mediante los análisis «científicos» del enemigo que efectuaron para el Servicio de Seguridad nazi. Más adelante, ya en el frente oriental, llevaron a la práctica mediante el exterminio las conclusiones que se derivaban de sus análisis. De ahí el interés del comentario de que la crueldad es «indigna de la Alemania de Kant y de Goethe», en la medida en que demuestra que las bases morales del humanismo son conocidas e incluso aceptadas por las elites nazis, que las reconocen como propias, aunque el mandato del imperativo de supervivencia racial las supedite a un rango inferior. Por mucho que la cultura alemana fuera tergiversada y violentada en la práctica bajo la férula de Hitler, hasta el punto de perder prácticamente por completo su esencia humanista, a ojos de muchos el nazismo la protegía eficazmente de la aniquilación cultural que supuestamente acompañaba al bolchevismo y al judaísmo. El biologismo racista nazi, su religión de la naturaleza y su fe inmanentista tampoco sustituyeron a la tradición humanista en las mentes de las elites de las SS. Nadie en el nazismo renegó de la Alemania de Kant y de Goethe. La instrumentalizaron y adaptaron a su sistema de creencias, pero seguían sintiéndola como suya. Llegada la derrota, únicamente hizo falta despojarse de la capa añadida de falso cientifismo biológico. Por debajo, la muñeca más pequeña seguía ahí, aunque pervertida y maltratada. Al producirse la derrota, los SS y muchos otros nazis implicados en crímenes de guerra sólo tuvieron que renunciar a una parte de su fe, pero no a su conjunto. Lo que implica todo esto es que un miembro de la elite de las SS estudiada por Ingrao no habría comprendido la pregunta que atormentó a George Steiner: «¿Cómo se puede ser un intelectual sensible a la cultura y un ferviente defensor del nazismo a un mismo tiempo?». A ojos del creyente nazi, se puede tocar a Schubert por la noche, leer a Rilke por la mañana y torturar al mediodía, precisamente porque torturar y matar sirve para salvaguardarlos. Una monstruosa equivocación. El libro de Christian Ingrao contribuye eficazmente a documentarla.
J Francisco
13/09/2020
Tapa blanda
Totalmente necesario para aquellos/as interesados/as en el tema.