Los episodios que conforman esta novela abarcan doce años en la vida del escritor—que se distancia de sí mismo para observarse como personaje—en cuatro escenarios: la Berlín de 1928, una remota isla griega en 1933, Londres en 1938 y California en 1940. De cada uno, el autor recuerda a la persona en torno a la que gravitó su vida: el estirado y solitario señor Lancaster, cuya anticuada moral paradójicamente invitó al joven Christopher a descubrir su erotismo en la libertina Berlín de los cabarets; el rico Ambrose, desencantado de la intolerancia de Inglaterra con la homosexualidad y resignado a llevar una vida donde podrá satisfacer su deseo, pero difícilmente conocerá el amor; Waldemar, un buscavidas que trata de usar a una joven inglesa heredera para huir de Alemania, y Paul, un gigoló estadounidense que vende su encanto a los adinerados personajes que pueblan la próspera industria de Hollywood. A través de todos ellos Isherwood urde un relato íntimo y personalísimo en el que explora la vida secreta de una generación condenada a vivir los afectos como turistas sentimentales.