La confusión ya estaba ahí cuando llegaron las lombrices negras gigantes, también estaba cuando algunas personas comenzaron a desaparecer sin explicación y sin que por ello se encendieran las alarmas; la confusión ya estaba, pero aún la realidad no había caído en sus redes hasta entonces. Desde la voz de un inmigrante africano que vive en los trasteros de un edificio, y desde la voz omnisciente de este hombre en la cabeza de otros personajes, Breve ensayo sobre la confusión nos narra en presente un pequeño fragmento de la gran ficción en la que se ha convertido el mundo. Con una técnica que aborda sin prejuicios el ensayo en el interior de la novela, el autor nos introduce a través de la intriga en un entramado de acciones que finalmente abren la caja de las incertidumbres, dejando entrever las sombras de un futuro que llega antes de lo esperado.