Los topos lloran al amanecer es una ficción que nos presenta un mundo bajo el control de la vigilancia extrema en el que la segregación y la violencia constituyen la naturaleza del poder pero en el que, como sucede en la parabola de los ciegos, ni quienes guian ni quienes se dejan guiar pueden ver el camino. En una atmosfera que roza el absurdo, cuatro personajes unidos por una relacion familiar, supuestamente pertenecientes a la elite economica, entrecruzan mensajes al borde del delirio para dar sentido a lo largo de la obra a una especie de rompecabezas incompleto, formado por un conjunto de piezas que buscan su lugar de manera aislada dentro del conjunto. Nunca sabremos si lo que los personajes dicen responde o no a una verdad inventada por ellos mismos; por el contrario, es evidente la importancia de las palabras que se censuran o callan, y son esas palabras no dichas las que, finalmente, los definen. La obra, salpicada de metaforas y alegorias, nos desvela el universo poetico del autor en su faceta mas comprometida y simbolica, al tiempo que nos presenta una paradoja: el daltonismo total, la acromatopsia, como via de escape a la division y ausencia de fraternidad.
El trabajo es la materialización en acciones de energías físicas, emocionales y mentales por parte del ser humano. Las acciones, se llevan a cabo a través de un conjunto de fuerzas que habitan en el hombre y que pueden ser estudiados de forma separada o conjunta. Cuando se armonizan esas fuerzas y se dirigen hacia un fin específico es cuando se produce un valor agregado a lo que el individuo y los otros individuos hacen, sobre todo en el ambiente laboral.