El inicio de este milenio, tan rico como a veces irrelevante, es tiempo de pequeños relatos. Buscamos experiencias con sentido que nos
iluminen en nuestro ser personal e, incluso, en la manera de vivir la fe. He decidido publicar este trabajo porque es el estudio interdisciplinar
de una rica experiencia, que continúa siendo válida y puede ser para nosotros hoy una pequeña luz.