La editorial Desclée De Brouwer presenta esta serie de comentarios a la Nueva Biblia de Jerusalén, con la pretensión de que ocupen el espacio abierto en el mercado de la lengua castellana entre la divulgación y la crítica científica. Los comentarios están estructurados de forma tripartita: se incluye el texto de la Nueva Biblia de Jerusalén (por perícopas), de modo que el lector del comentario tenga directamente al alcance los párrafos comentados; al texto acompañan un aparato crítico, que recoge los problemas textuales más significativos y las posibles (y legítimas) variantes, y el comentario propiamente dicho. Los comentaristas son conocidos especialistas de la lengua española y algunos expertos exegetas extranjeros. Antonio Rodríguez Carmona, sacerdote de la diócesis de Almería, nació en Granada (1933), ciudad en cuya Facultad de Teología ha sido Vicerrector académico y catedrático de Nuevo Testamento. Actualmente, como profesor emérito, está encargado de cursos de Nuevo Testamento y Literatura Intertestamentaria. Es licenciado en Sagrada Escritura y doctor en Teología y en Filología Bíblica Trilingüe. Entre sus publicaciones destacan Evangelios Sinópticos y Hechos de los Apóstoles (1992; 82005) y La Religión Judía (2002).
Ficha técnica
Editorial: Desclée de Brouwer
ISBN: 9788433020598
Idioma: Castellano
Número de páginas: 160
Tiempo de lectura:
3h 44m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 06/04/2006
Año de edición: 2006
Plaza de edición: Es
Colección:
Comentarios a la Biblia de Jerusalén
Comentarios a la Biblia de Jerusalén
Número: 1B
Alto: 21.0 cm
Ancho: 15.0 cm
Peso: 212.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Antonio Rodríguez Carmona
Antonio Rodríguez Carmona (Granada 1933 - Almería 2024), licenciado en Sagrada Escritura y doctor en Teología Bíblica y en Filología Bíblica Trilingüe, fue profesor emérito de Teología Bíblica del Nuevo Testamento en la Facultad de Teología de Granada y de diversos cursos de exégesis del Nuevo Testamento en el Seminario Diocesano de Almería. La dedicación a los evangelios le llevó a introducirse en el contexto lingüístico y cultural de la época de Jesús, por lo que cultivó el arameo targúmico y la literatura intertestamentaria. Más adelante, extendió su interés al judaísmo rabínico y, en el campo pastoral, al diálogo judeocristiano. Fue rector del Seminario Mayor de Almería, delegado para la Formación Permanente del Clero en Granada y vicerrector de la Facultad de Teología de Granada.