Su vida transcurre ligada a la ciudad de Madrid. Dotado de un inusual talento para el retrato costumbrista, Salas vivirá en esa ciudad, que se nutre de la literatura tanto como la inspira y la genera, una vida bohemia sujeta a la suerte y a los favores ajenos. Fue desterrado de Madrid y sufrió exilio temporal. Participó activamente en el mundo literario de su tiempo.