Enigmática y compleja, alegre pero de sonrisa oculta, viajera y ensimismada en su propio arte, Katherine Mansfield fue –además de, con rotundidad, una de las maestras del cuento moderno en lengua inglesa– una mujer independiente, apasionada, libre sexualmente, irónica y, sobre todo, testigo y parte de uno de los momentos más interesantes de la historia de la literatura, tal y como atestiguan sus diarios y su correspondencia.
Sus cartas –traducidas y seleccionadas con exquisitez por Patricia Díaz Pereda– son la constancia de su perpetuo deambular, de sus afectos, antipatías y simpatías por lugares, animales y personas (entre las que se encontraban D. H. Lawrence, Virginia Woolf o T. S. Eliot), de su inmersión total en la literatura aun a cambio del sacrificio, de la intensa y turbulenta relación con su marido pero también de su pasión por la vida pese a dificultades o enfermedades.
Un certero testimonio que refleja a una mujer que nunca se rindió en la lucha contra la adversidad y nunca cejó en su búsqueda de horizontes mejores, en la vida y la escritura. Una gran correspondencia, toda una biografía.
Ficha técnica
Editorial: Páginas de Espuma Sl
ISBN: 9788483933596
Idioma: Castellano
Número de páginas: 264
Tiempo de lectura:
6h 15m
Encuadernación: Tapa dura
Fecha de lanzamiento: 02/10/2024
Año de edición: 2024
Plaza de edición: Madrid
Colección:
Voces / Ensayo
Voces / Ensayo
Número: 367
Alto: 22.0 cm
Ancho: 15.0 cm
Grueso: 1.0 cm
Peso: 220.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Katherine Mansfield
Wellington, (1888-1923). Katherine Mansfield, escritora neozelandesa de origen británico, se instaló en Londres a los 18 años para estudiar música y comenzar su carrera como escritora. Sus relatos, de carácter poético, delicado e irónico, destilan una honda y sutil sensibilidad, capaz de captar con maestría los estados de ánimo de sus personajes. Con un estilo heredado de Chèjov, sus cuentos se sitúan en los albores de las nuevas formas literarias que habrían de nacer en el siglo XX. Aquejada de tuberculosis, Mansfield falleció a los 35 años de edad, tras pasar los últimos cinco años de su vida buscando un remedio para su enfermedad.