Las investigaciones   sobre la Transición, sobre todo las realizadas por los historiadores en las   últimas décadas, han incidido en la necesidad de superar el paradigma que   explicaba el proceso como resultado de la decisión casi exclusiva de las   elites institucionales y políticas. Aunque no debemos minimizar el papel que   estas desempeñaron, el cambio de régimen no se puede explicar, y mucho menos   comprender, si no incluimos en la ecuación factores múltiples y diversos, que   fueron confluyendo y retroalimentándose hasta culminar la consolidación de la   democracia. Nos referimos, entre otros, a la creciente actividad   reivindicativa de los movimientos sociales, las posiciones adoptadas por la   diplomacia internacional, la evolución de la Iglesia Católica y las influencias   del Concilio Vaticano II, el rol de los intelectuales, la amenaza de la   violencia ejercida por distintos grupos, las actitudes de los militares, el   compromiso de los profesionales, las actividades e intereses económicos, o   las transformaciones experimentadas en la sociedad en el marco del proceso   desarrollista de los años 60. Este libro, tras situar el marco general de un   cambio económico y un desarrollo social limitado durante el franquismo, y el   análisis de lo sucedido en Portugal, aborda las políticas sociales planteadas   en España en los años de la dictadura y la transición a la democracia. En sus   páginas se incluyen capítulos dedicados a cuestiones como el sistema   sanitario, tanto en general como en el ámbito rural, la discapacidad, las   relaciones laborales, la concertación social, las pensiones, la vivienda o la   educación, concluyendo con una propuesta interpretativa que destaca la   movilización popular para impulsar la construcción de la democracia y los   derechos sociales.