El presente libro plantea una cuestión muy sencilla: ningún hombre es como los demás. Su patrimonio genético es único como única es la aventura que vive, pero, a la vez, lo que tiene en común con todos los demas es el poder de participar en su propia creacion a partir de aquello que ha recibido y de las aportaciones de su entorno. Mediante todo esto, lo que intenta Albert Jacquard es ilustrar casi didacticamente al lector sobre los progresos de la genetica, que nos permiten ya por fin, hoy en dia, comprender el fabuloso acontecimiento de la fabricacion de un individuo a partir de otros dos, de todo lo cual acaban surgiendo ciertas cuestiones fundamentales que ahora adquieren una nueva comprension de las inteligencias, etc. El resultado es una gran paradoja, el descubrimiento de nuestras maravillosas propiedades: campeones de la complejidad, somos al mismo tiempo campeones de la autoestructuracion, es decir, coautores de nosotros mismos, por lo que se trata de negar las diferencias, sino de enriquecerse con ellas.
Esta Pequeña filosofía para no filósofos plantea nuevas vías de reflexión para enfrentarnos a los grandes interrogantes y problemas que suscita este fin de siglo. Tanto si se lee de la A a la Z como si se hojea el arbitrio de la curiosidad, esta obra, a un tiempo amena y rigurosa, muestra el camino para una mejor comprension de nuesta individualidad y de la compleja sociedad actual.Colaborador: Huguette Planes.
He aquí un nuevo «evangelio» a dos voces para nuestro fin de siglo. Albert Jacquard, racionalista, ha establecido, desde hace algunos años, un fecundo diálogo con la religión. Muestra aquí que la her
Davantage que la technique, c'est l'homme qui doit être au centre de la réflexion sur l'architecture. Fort de cette conviction, l'architecte tessinois Mario Botta a demandé à Albert Jacquard de s'adr
Cada vez se habla más de una “crisis de la educación”, que suele asociarse con la decadencia de la autoridad. Alrededor de este tema, hoy en día se está librando un duro combate ideológico sobre la pedagogía de la era democrática. ¿Cómo articular las exigencias educativas con los valores del individualismo? El presente libro parte de un debate entre Patrick Savidan, el genetista Albert Jacquard, el profesor de Filosofía Alain Renaut y el experto en Ciencias Sociales Pierre Manent, para extraer jugosas conclusiones a propósito de la educación y la disciplina, haciendo emerger igualmente nuevas directrices para los tiempos que se avecinan, así como las múltiples divergencias que todos deberemos asumir y resolver.
Un diccionario filosófico acorda a nuestros agitados tiempos, que poco ayudan a reflexionar sobre las cuestiones más variadas: ética, inteligencia, genética, libertad, estado. Profunfo, ameno, fruto de la reflexion de uno de los filosofos franceses mas respetados y difundidos.
El año pasado estuve una tarde en una escuela de los suburbios del norte de la ciudad. Los alumnos me recordaron que no estaban hechos para las ciencias. Ahora bien, si hay desigualdades en los desempeños intelectuales de los jovenes de quince años, la naturaleza, excepto casos patologicos, no es para nada la causa. A estos jovenes de los suburbios les proporcione la prueba con su propio caso. Trabajamos en matematicas, o mejor dicho jugamos a las matematicas juntos, y se apasionaron con los diversos "infinitos" de Cantor.Hicimos un recorrido por el teorema de Godel y la atencion no se perdio. Pienso que me creyeron cuando les afirme que eran capaces de comprender todo lo que un estudiante "politecnico medio" es capaz de comprender.Este libro no pretende indicar como emprender el ascenso del Himalaya que es la ciencia. Habra logrado su objetivo si prueba a cada quien que es apto para explorar ciertos caminos dirigidos a algunos "campos basicos". A partir de aqui se puede continuar el progreso.
Albert Jacquard Dieu ? Homme de science et de rationalité, Albert Jacquard est aussi un homme d'engagement dont les combats et les idéaux demeurent imprégnés par la morale évangélique. Elevé dans la religion catholique, il a choisi ici de faire le point sur sa relation à Dieu et à la foi, en prenant pour point d'appui le Credo des chrétiens, qu'il commente phrase par phrase en se demandant ce qu'un scientifique du xxie siècle peut retenir de cette prière. Comment présenter Dieu comme « père » ? Comment croire à « la résurrection de la chair » ou à la virginité de Marie ? Comment, surtout, admettre la sainteté de l'Eglise catholique, avec tout ce que nous savons de son histoire ? Autant de questions - parmi d'autres - sur lesquelles il s'affirme sceptique. Mais, une fois mené à bien cet ultime inventaire, Albert Jacquard revient à ce qui demeure à ses yeux l'essentiel : il n'est pas nécessaire de croire à des dogmes et d'appartenir à une Eglise pour adhérer au message bouleversant du Sermon sur la montagne, où l'amour du prochain et l'esprit de paix s'affirment comme des valeurs éternelles et universelles.
