Probablemente, nunca haya habido más interés por el emprendimiento que en las últimas décadas. Algunas personas son emprendedoras por necesidad, mientras que otras lo son porque vislumbran una oportunidad de negocio, satisfaciendo necesidades de clientes no resueltas, o al menos no de la forma adecuada.
Castidad, pobreza y obediencia: los tres votos que la Iglesia no cumple. En el año 2002, el cardenal de Boston cesó en su cargo por haber encubierto casos de abusos a menores protagonizados por curas de su diócesis. Ese mismo año, el Papa tuvo que aceptar la renuncia de su amigo Julius Paetz, arzobispo de Poznan, envuelto en un escándalo sexual. Parece que en este siglo XXI, los hombres de la Iglesia cada vez tienen más problemas para cumplir su milenario voto de castidad. Pero, ¿qué ocurre con los de pobreza y obediencia? En el avión del Papa se come caviar y se bebe champán. Organizaciones como el Opus Dei o los Legionarios de Cristo son propietarias de los más exclusivos colegios privados y las más selectas universidades. Personajes como el padre Apeles o el monje franciscano Carlos Fuentes son grandes estrellas mediáticas. Algunas entidades religiosas llevan a cabo multimillonarias inversiones en bolsa y fraudulentos manejos de dinero, como se destapó en el caso Gescartera, en el que se produjo un agujero de más de 116 millones de euros. Influyentes jerarcas, como el cardenal Rouco Varela, gracias al apoyo del gobierno del PP, han conseguido muchas de sus viejas aspiraciones de poder, entre las que destacan la obligación de impartir la enseñanza religiosa en los colegios públicos, el aumento de la financiación estatal a la Iglesia o el rechazo de bodas y adopciones por parte de parejas homosexuales.
Ni el propio Osama Bin Laden imaginó los efectos colaterales que producirían los atentados cometidos en Nueva York, cuando estrelló sus comandos suicidas contra las Torres Gemelas. Aquel acto terrorista confirio un dramatismo particular a las comunidades judias del todo el mundo, las cuales se sintieron mas amenazadas que nunca por las evidentes connotaciones politicas y religiosas del ataque. Si a esta situacion se suma el agravamiento de la crisis entre Israel y Palestina, que ha generado una ola de antisemitismo sin precedentes en la Europa moderna, era normal que todo ello hubiese acabado como ha ocurrido motivando el interes de los españoles por sus judios y amenazando con despertar al leon dormido que suponen las aparentemente tranquilas relaciones entre España e Israel.España, donde mejor se deberia conocer a los judios por haber sido la cuna de Sefarad y donde millones de ciudadanos cuentan con antepasados hebreos, paradojicamente es uno de los paises donde menos se sabe de su historia y su realidad actual; de su numero y su plena integracion a la sociedad española nuestro tiempo; la forma en que en luchan contra el fenomeno de la asimilacion para mantener viva la estirpe de David; los personajes no judios que mas se relacionan con ellos, sus esfuerzos por la paz en Oriente Proximo, y sus aportaciones a la cultura y al desarrollo economico del pais.De todo ello se ocupa El lobby judio, un libro que, de paso, intenta deshacer algunos de los mitos antijudios mas enraizados en España, como es la creencia de que los judios, sin excepcion, son ricos, avaros y ortodoxos. Pero sobre todo, este libro desea poner fin a la falsa e injusta idea de que los hebreos españoles forman un grupo compacto de presion para la defensa de sus intereses economicos, porque solo reconocen dos patrias: el dinero e Israel.