En esta ocasión Para leer a Cervantes II -nuevo miembro del conjunto de volúmenes de la colección "Ensayos'" que proponen distintos caminos hermenéuticos por la obra cervantina- ingresa en territorios menos explorados de la extensa literatura del genial autor: las Novelas Ejemplares y su creación póstuma Los trabajos de Persiles y Sigismunda. Como en los casos anteriores, los ensayos que se reúnen aquí permiten al lector recorrer la lectura de estos dos fascinantes libros en compañía de guías expertos que ofrecen sus particulares miradas, sus reflexiones profundas sobre las inagotables propuestas del texto. Estos trabajos no exigen para nada la presencia de un público erudito pues sus páginas están al alcance de todos; simplemente invitan a la aventura de un. viaje por los desconocidos y a la vez cautivantes mundos construidos por Cervantes para despertar en los peregrinos lectores la curiosidad por transitarlos una y otra vez.
El libro apuesta a reconstruir la unidad de las novelas contenidas en la colección que, según anticipa Cervantes en su Prólogo, reside en "el sabroso y honesto fruto que se podría sacar, así de todas juntas, como de cada una de por sí". El sentido ejemplar se demuestra entonces como un "fruto" que cada lector está llamado a decodificar leyendo el conjunto de las novelas como una sola.
¿En clave crónica o en tono serio? ¿Cómo hay que leer el Quijote? ¿Estas lecturas se excluyen o se complementan? Estos dilemas básicos con los cuales se enfrenta todo lector no hacen otra cosa que exhibir, con toda su modernidad, la actualidad del texto cervantino. ¿Cada libro tiene un tipo de lectura o ésta es, en contrapartida, una construcción de cada lectura? Ni la crítica especializada, ni los eruditos novelistas concuerdan sobre el punto. Si Nietzche recalcaba el sabor amargo que producía en la lengua este texto de Cervantes, Octavio Paz no vacilará en tildar a su autor como el Homero moderno gracias a la risa que produce, tesis que entronca claramente con muchas de las lecturas coetáneas y que se prolongará en Stendhal y otros tanto. ¿Hay seriedad en lo jocoso? ¿Puede lo cómico tener una expresión austera? Éstos y tanto otros interrrogantes son los que guarda, en el misterio de su escritura, el Quijote de Miguel de Cervantes. Y aquí, tan sólo, se ofrecen algunas vías de acceso a esa fortaleza asediada.