Historias con olor a brisa marina, sabor a merienda vespertina otoñal y color entre grisáceo y perla de perenne nubosidad, que tienen como protagonista, en esta ciudad de San Sebastián, a cierto paisanaje literariamente animado, escudriñado y escrutado por el ojo critico y la voz poetica de Angel Garcia Ronda, presidente del Ateneo Guipuzcoano, intelectual polifacetico y escritor de reconocida trayectoria.Pero sobre todo historias vivas de gentes que, entre tales ambientes donostiarras, se afanan por dejar constancia de su realidad, mucho mas alla de la mera nostalgia evocadora o la semblanza de tipos curiosos. Historias que abarcan una amplia gama de atractivos, desde el misterio brotado de lo simplemente cotidiano, o la sensualidad imprevista, a la gallardia de lo decididamente intrepido, pasando por lo chocante y hasta comico de tantas situaciones tenidas por comunes.Y como amalgama estilistica, la prosa elegante, ademas de precisa y siempre sugerente, de su autor.
Una mujer escribe una larguísima carta a una nieta suya, tratando de explicarle lo que decenios atrás ocurría en el País Vasco y justificando e intentando aclarar el porqué de su actuación en dos aspectos: su propio pais y su hijo y la familia adquirida por este, cuya hija es precisamente la nieta a la que escribe.