Alfred Hitchcock (R.U., 1899-1980) es sin duda el director más famoso del mundo. Con el paso del tiempo, su nombre se ha convertido en sinónimo de cine y cada generación vuelve a descubrir en su obra autenticos tesoros del patrimonio artistico mundial con identico placer. En la decada de 1920, el director empezo su aventura en el cine mudoingles; obtuvo gran exito con peliculas de intriga como El hombre que sabia demasiado (1934), La mujer solitaria (1936) o Alarma en el expreso (1938). Considerado un joven genio, se mudo a Hollywood y emprendio una profunda renovacion de la tradicion cinematografica, aunando lo clasico y lo moderno en filmes como De entre los muertos (1957), Con la muerte en los talones (1959) y Los pajaros (1963). Dio la oportunidad de interpretar papeles de antiheroe inolvidables a actores prometedorescomo James Stewart o Cary Grant. Ademas, imprimio en el imaginario colectivo el mito de la rubia, encarnado por Grace Kelly, Kim Novak y Tippi Hedren.Bill Krohn, reconocido internacionalmente como uno de los mejores criticos cinematograficos, es corresponsal de Cahiers du cinema en Los Angeles. Asimismo es autor de Hitchcock at work (2000).
Stanley Kubrick (EE.UU., 1928-1999) es un maestro que ha impulsado el arte de hacer cine mucho más que cualquier otro director ontemporáneo.
Creador perfeccionista cuyas obras siguen cautivando a las
Cinema has been a fortunate art form. It had the immense good fortune to seduce Orson Welles and Marcel Pagnol away from theatre, Pasolini and Jean Cocteau away from poetry, and Stanley Kubrick away from chess. It was a comparable stroke of luck that Luis Buñuel, one of the most brilliant representatives of the surrealist movement, chose to make films and was able to make them with unflagging fidelity to his principles for fifty years. After an audacious Parisian showing of Un Chien Andalou in 1929 (Buñuel carried stones in his pockets in case he needed them to fend off the audience), Buñuel`s subsequent career in Spain (Las Hurdes), Hollywood and Mexico (Los Olvidados, Robinson Crusoe, El, Nazarin) before returning to France (Diary of a Chambermaid, Belle de jour, The Discreet Charm of the Bourgeoisie, That Obscure Object of Desire), showed that the only subjects he cared to make films about were the three that are never supposed to be discussed in polite society: sex, religion, and politics.