Pierre de Fermat llegó a ser un alto magistrado y consejero del gobierno en Toulouse (Francia), pero fue su afición por la matemáticas y la teoría de los números en un siglo, el XVII, en el que casi no habia matematicos profesionales la que le ha hecho pasar a la posteridad. Fermat se limitaba a anotar sus hallazgos, a menudo sin niguna demostracion como el hoy famoso "ultimo teorema de Fermat", en el margen de una edicion del libro de Aritmetica del matematico griego Diofanto. Aun asi sus comentarios han seguido dando que hablar hasta casi entrado el siglo XXI.