Nació en Florencia el 12 octubre de 1889, hijo del escultor Adolf Von Hildebrand. Se convirtió al catolicismo en 1914 y se opuso a Adolf Hitler y al nazismo. Abandonó Alemania en marzo de 1933 y fue a Viena, donde fundó una revista antinazi, «Der Christliche Staendestaat» («El Estado corporativo cristiano»). Cuando Hitler anexionó Austria en 1938, se vio forzado de nuevo a huir. Pasó un tiempo en Suiza y en Francia, donde enseñó en la Universidad Católica de Toulouse. Al invadir los nazis Francia en 1940, tuvo que esconderse, hasta poder escapar con su hijo, su esposa y su nuera a Portugal. De allí viajó a Brasil, y después a Nueva York, donde enseñó Filosofía en la Universidad Jesuita Fordham. Falleció en New Rochelle, Nueva York, en 1977.
Recibe novedades de DIETRICH VON HILDEBRAND directamente en tu email
Brillante y original análisis de la esfera afectiva. Una obra para todos los interesados en conocer mejor la riqueza y profundidad de los sentimientos. Esta obra es, fundamentalmente, una reivindicacion de los sentimientos. Frente a posturas filosoficas que infravaloran la afectividad, von Hildebrand demuestra, mediante ricos y penetrantes analisis psicologicos, la debilidad de esta posicion y la importancia vital y filosofica del corazon. En la segunda y tercera parte de la obra, el autor aplica estas nociones a la comprension de la devocion cristiana al Sagrado Corazon y a la transformacion del corazon cristiano. El corazon es una lectura atractiva, sugerente y necesaria para todos los interesados en conocer mejor la riqueza y profundidad de los sentimientos porque, como ha escrito Alice von Hildebrand, su esposa, en el prologo de esta edicion, el gran merito del libro estriba en su brillante y original analisis de la esfera afectiva.
La gratitud es una de las actitudes básicas del ser humano. Y se ha de dirigir hacia Dios, dador de la existencia y de la gracia, y hacia los hombres. No hay postura más irracional -y por tanto alejada de lo humano- que la de considerar algo natural, como un derecho, la propia existencia o los gestos de afecto y amor de los demas. Por eso, el agradecer pertenece, como el amar, alabar y glorificar, a lo que sera en la eternidad sin fin. La sabiduria consiste en estar en si. Si tal vigilancia se ejerce de manera intermitente y apacible, sera señal de que se esta en ruta hacia esa cima. En ruta, pues a la cima nunca se llega.
Junto a la formación espiritual que brota espontáneamente de la vida litºrgica, el profesor Hildebrand hace destacar en la liturgia aquellos aspectos que por la objetividad de la liturgia más ayudan a quien se forma en el ambito del culto litºrgico.