ERNESTO DE LA TORRE VILLAR

Ernesto de la Torre Villar, infatigable trabajador de la cultura, nos sorprende una vez más con otra propuesta como la contenida en esta publicación. Este libro se suma a su notable producción intelectual que tantos beneficios ha dejado a la Universidad Nacional Autonoma de Mexico y consecuentemente a la sociedad y a la cultura en general. La Direccion General de Fomento Editorial prosigue con su ejemplar tradicion de publicar dentro de la coleccion Biblioteca del Editor libros vinculados a la actividad bibliografica y promueve, asi, lo que podriamos denominar la cultura o devocion al libro como objeto util, como pieza central de la difusion y extension del conocimiento y la cultura.

Ya casi por finalizar el siglo es necesario ocuparse de mostrar y valorar el papel que el libro, los diarios y revistas, en fin la letra impresa, han tenido y siguen teniendo en el desarrollo histórico de Mexico, principalmente el cultural. En la tercera edicion de la Breve Historia del libro en Mexico, Ernesto de la Torre enriquece y actualiza el contenido de las anteriores ediciones. Refiere el gran valor que los libros han tenido en la creacion de nuestra identidad que no solo dan origen, raza e historia compartida, sino fundamentalmente un pensamiento comun, una ideologia que nos identifica en media de recias diferencias

Esta obra conmemora la victoria de la nación mexicana y de la República liberal, sobre los afanes intervencionistas y monárquicos que culminaron con la instauración del efímero imperio de Maximiliano. Los testimonios que se incluyen proceden, en su mayor parte, de los liberales más ilustres que defendieron la República: Benito Juárez, Ignacio Manuel Altamirano, Ignacio Ramírez y Francisco Zarco, entre otros.

Entre los principales factores de las luchas independentistas figuran las tendencias socioeconomicas de la epoca, el ideario de la Ilustracion, las rivalidades entre los imperios europeos y los nacionalismos que empezaban a surgir tanto en Europa como en America. Los origenes, el desarrollo y las consecuencias de esta peculiaridad son analizados acuciosamente por Ernesto de la Torre Villar.

A medio camino entre la historia y el mito, la aparición de la Virgen de Guadalupe en el cerro de Tepeyac ha despertado durante cuatrocientos cincuenta años las más variadas reflexiones y polémicas: unas veces como motivo de discusion doctrinal; otras en la palestra de enfrentamiento politico... siempre como influencia determinante del modo mexicano de ser. Un acontecimiento de tamaña significacion tenia, por fuerza, que arrojar voluminosas pilas de documentos entre los cuales muy a menudo crecia la confusion del lector poco avisado. La presente antologia salva holgadamente ese obstaculo al presentarnos las fuentes mas importantes de la ya añeja historiografia sobre temas guadalupanos. En esta obra se reunen todo genero de disquisiciones, diatribas, recreaciones poeticas y tratados preceptivos: desde el Pregon del atabal, poema en nahuatl cantado el mismo año de la aparicion, hasta las ultimas muestras de una tradicion que fenecia en manos de los historiadores para resurgir con nuevos brios en el quehacer de sociologos y literatos. Por las paginas de este libro discurren los documentados testimonios de Bernal Diaz del Castillo y Miguel Sanchez, la fervorosa exegesis de los evangelistas de la Compañia de Jesus (destacadamente Carlos de Siguenza y Gongora y Francisco Javier Clavijero) y el encendido gesto de fray Servando Teresa de Mier, piedra clave de la interpretacion liberal que habrian de continuar Manuel Orozco y Berra y Joaquin Garcia Icazbalceta.

Los señores Guadalupes tuvieron su ciclo de vida de 1811 a 1816 y durante esos años realizaron notable acción patriótica. Su presencia se explica dentro del movimiento insurgente como una presencia impregnada de un extraordinario nacionalismo, de un apego a la propia patria, cuyo desarrollo historico cuidan tratando se realice a traves de sus propias esencias, fortaleciendo la unidad de los mexicanos, sus valores, sin enajenar su destino que desean se desenvuelva en pleno uso de la libertad, sin sujeciones, sin diferencias sociales, en armonia plena, como la concibieron los mejores espiritus desde el siglo XVI, cuando ella vio la luz primera.Antes de terminar este prologo en el que situo a la sociedad de Los Guadalupes dentro del contexto general del movimiento emancipador y mas concretamente, como una sociedad secreta impulsada por los ideales liberales y libertarios del siglo XIX, precisando su entorno y relacionandola ideologica y politicamente con otras sociedades secretas surgidas en el mundo de aquellos años, las cuales tambien lucharon por la liberacion de sus paises del dominio extranjero y de los regimenes absolutistas, sin pretender por ello establecer una relacion oficial u oficiosa entre nuestra sociedad insurgente y las que surgieron en otros paises de cuño latino, debo referirme a los nuevos documentos que incorporo en esta segunda edicion.Estos documentos, diez en numero pero bastante importantes, se hallan en el Archivo General de Indias, en Sevilla. Algunos de ellos los menciona en sus utiles catalogos el benemerito archivista Torres Lanzas. Del ramo de Indiferente General en el que se localizan, fueron copiados. Una copia de ellos obra en la Benson Latin American Collection, de la Universidad de Texas en Austin. El profesor e historiador Wilbert H. Timmons, en su estudio "Los Guadalupes: A Secret Society in the Mexican Revolution for Independence" aparecido en The Hispanic American Historical Review, Vol. XXX, N? 44, November 1950, las utilizo. Los nuevos documentos han sido incluidos, colocados en orden cronologico, dentro de la seccion documental de este libro.

En este volumen pueden seguirse los momentos esenciales de la contienda por la Reforma, desde la vacilante actuación del presidente Ignacio Comonfort en 1857 hasta la entrada del Ejército Liberal en la capital. El autor analiza las flaquezas y las heroicidades de los caudillos, la penuria, las innumerables dificultades que entrañaba crear de la nada y con toda celeridad cuerpos armados, sin desatender a la marcha normal de la administración pública.

La relación de la Iglesia y el Estado se hizo sentir poderosamente en la vida de la Nueva España a través de la actuación e influencia del clero, que delineó rasgos principales del carácter novohispano y se reflejo en multiples niveles y espacios del virreinato desde el momento inicial de la conquista. Elevados dignatarios de la Iglesia resultaron ser tambien altos funcionarios de la corona y algunos de ellos ejercieron el cargo de virrey, incluso en el periodo tardio de la epoca colonial cuando las iniciativas de los Borbones se orientaron a aumentar el poder de la corona en los asuntos eclesiasticos y a restringir el lugar de los sacerdotes y de la religion en la vida publica.