Licenciada en Filosofía y Letras (Filología Hispánica) y D.E.A. en Literatura Española, por la Universidad de Zaragoza. Su campo fundamental de trabajo es la Literatura Comparada; dentro de ella, ha dedicado diversos estudios a los relatos de viajes por la España de los siglos XVIII y XIX, desde distintas perspectivas (estética, paisajística, imagológica, de género). Ha trabajado como profesora ayudante en la Universidad Libre de Bruselas (2000-2003) y en la de Mons-Hainaut (2003-2004) y profesora asociada en la Universidad de Zaragoza (2004-2005).
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Nobles, caballeros, sencillos pastores, hermosas niñas que escucháis mi relato, si os maravilla lo que os cuento, no creáis que es una fábula tejida a mi antojo para sorprender vuestra credulidad. De boca en boca ha llegado a mi esta tradicion, y la leyenda del sepulcro que aun subsiste en el monasterio de Montagut es un testimonio irrecusable de la veracidad de mis palabras. Creed, pues, lo que he dicho, y creed lo que aun me resta por decir, que es tan cierto como lo anterior, aunque mas maravilloso. Yo podre acaso adornar con algunas galas de la poesia el desnudo esqueleto de esta sencilla y terrible historia; pero nunca me apartare un punto de la verdad a sabiendas. Becquer: Creed en Dios (leyenda) Sabemos que Becquer indago con pasion en las posibilidades que ofrecia la capacidad musical de la lengua. Schopenhauer señalo que la musica hablaba de la realidad y expresaba lo metafisico de todo lo fisico del mundo, por lo que serviria, asociada a la poesia, para convertir a las palabras de sombras en objetos, en flores, en emanaciones del Ser; y August Schlegel habia sostenido que la labor de la poesia moderna se cifraba en reconciliar los dos mundos que nos dividian, y esa conciliacion hacia necesario recorrer las conexiones misteriosas y sagradas que unian las impresiones sensibles con los mas altos sentimientos. Para el pensamiento romantico lo ha estudiado Comellas, la musica proporcionaba recursos para la tarea de representar este infinito del sentimiento: la musica se comunicaba intimamente con la realidad metafisica, ya que ella era el ritmo original de la naturaleza y del universo; sugeria la idea de un organismo vivo, en constante cambio y evolucion; y el ritmo y el silencio ofrecian posibilidades mucho mas sugestivas que el lenguaje, ese sistema cerrado, pobre, concluso, del que hablara Hoffmann. No es dificil reconocer todos estos elementos en la poetica becqueriana, que fue tambien toda una indagacion sobre como el lenguaje se enfrentaba a la inefabilidad. (De la Introduccion de E. Ortas Durand)