Gabriela Margall, joven historiadora Argentina, que con su primer libro ha supuesto toda una revelación por su talento y calidad, alcanzando un nivel que casi roza la perfección. William Burton, capitán del Regimen 71 de Cazadores Escoceses, está de mala suerte. Su última misión en tierras europeas ha fracasado por culpa de otro espía y como consecuencia de ello se ha visto obligado a viajar a Buenos Aires donde tendrá la misión de recabar información útil para el ejército británico que prepara en secreto una inminente invasión a tierras argentinas. Siendo hijo ilegitimo de una criada, William, está más que acostumbrado a llevar una vida solitaria y no hay nada que rehuya más que el compromiso. No es que un hombre tan valiente e inteligente como él tema al amor, simplemente es que no ha encontrado a la mujer apropiada, aquella que cumpla las siguientes características: que sea bonita pero que ni lo sospeche, inteligente pero que no busque cazarle y agradable pero que no piense en otra cosa cuando le sonríe? Quién le iba a decir al pobre William que encontraría todas estas características en Paula Yraola, una alegre e inteligente dama criolla con una marcada tendencia a tropezar con todo y con todos y poseedora de unas más que extrañas ideas sobre la libertad? «Si encuentro tu nombre en el fuego» se ambienta a principios del siglo XIX, cuando Gran Bretaña encabezaba la lucha contra Napoleón y los espías estaban a la orden del día. En esta época más que trillada, Gabriela Margall ha conseguido crear una deliciosa historia, divertida y, sobretodo, amena, que hará las delicias de las lectoras más exigentes. Dotada por un ingenioso sentido del humor, Margall sumerge al lector en una romántica aventura donde los diálogos chispeantes y las situaciones cómicas se suceden uno tras otro. Empecemos por uno de los aspectos más logrados del libro: los personajes. Tanto William (o Guillermo, como se le llama a lo
En 1806, los ingleses invadieron la ciudad de Buenos Aires en busca de nuevos mercados para sus productos. El capitán Martín Olivera viajó desde Montevideo para ayudar en la defensa de la ciudad. Allí conoció a Jimena Torres, una joven comerciante, a la que nombró sargento, deslumbrado por sus dotes de mando. En la noche previa al enfrentamiento, el miedo asaltó a la sargento Torres y fue la calidez de los ojos color almendra del capitán Olivera la que le otorgó el temple para la batalla. Al año siguiente, los británicos, disconformes con la derrota de 1806, regresan al Río de la Plata por más y toman Montevideo. Impedido de continuar en su ciudad, el capitán Olivera debe instalarse en Buenos Aires. Hijo de una de las familias más prominentes de la Banda Oriental y hábil comerciante, Martín se convierte enseguida en un hombre muy codiciado por las porteñas. Sin embargo, se reencuentra con Jimena Torres, se asocian para hacer negocios juntos y se enamoran. Pero Olivera no puede aceptar que la mala reputación de Jimena por dedicarse al comercio empañe su apellido y la conmina a elegir entre su profesión o él. Decepcionada, ella jura no volver a verlo. Una vez establecidos en Montevideo, los ingleses deciden lanzarse a tomar Buenos Aires. Ante la inminencia de un enfrentamiento, Martín deberá recurrir a Jimena y dejar de lado su orgullo, para poner a salvo a su familia. Otra vez un combate los reunirá y otra vez deberán arriesgarse para defender a la ciudad. El mismo riesgo que se asume cuando un capitán y una sargento se atreven a vivir una historia de amor.