Dos son los temas centrales de este cuaderno de letraherido: la escritura y la lectura. Un escritor es, antes que nada, un lector. Desde esa perspectiva puedo afirmar que leer es un vicio solitario e impune como decia Valery Larbaud que he disfrutado desde que tengo uso de razon y que me ha deparado placeres singulares. Estas notas son un fiel testimonio de mis aventuras como lector, una actividad que no solo me ha descubierto territorios insospechados, sino que ha contribuido a enriquecer mi modesta existencia. Porque, despues de todo, cuando uno lee, asume, aunque sea de manera vicaria, una variedad de roles y comportamientos que le son ajenos en su devenir cotidiano, restringido por las limitaciones inherentes a la condicion humana. De ahi que leer represente la posibilidad increible de vivir muchas mas vidas que las que nos han sido concedidas. En cuanto a la escritura, aqui se revelan mis certezas, dudas y frustraciones relativas al oficio que le da sentido a mi existencia. Por lo mismo, tambien figuran las tribulaciones que otros escritores han experimentado en su proceso creativo, asi como incidencias relacionadas con artistas de distinto signo, cuyas obras han alimentado mis sueños y pasiones a lo largo del tiempo.
Cuaderno de letraherido IIUn escritor es, antes que nada, un lector. Para él, leer acaba siendo un vicio solitario e impune que le depara placeres singulares. En cuanto a escribir, se trata de una vocacion que tambien se ejerce en soledad y una de las grandes aventuras del espiritu, pues supone confrontar los misterios que encierra la condicion humana. Mis vicios impunes representa, precisamente, esa busqueda. Es la segunda entrega de Cuaderno de letraherido, una suerte de bitacora personal y literaria que Guillermo Niño de Guzman lleva desde hace mas de un cuarto de siglo, donde registra los sueños y pasiones que ha alimentado a lo largo del tiempo, asi como las certezas, dudas y frustraciones inherentes al oficio de escritor. A traves de mas de un centenar de textos breves, que pueden ser consultados al azar, el autor nos invita a compartir su fervor por los libros, el cine, el jazz y otras manifestaciones artisticas que han marcado su camino de letraherido.
«Las historias tristes y brutales que refiere están escritas con la sobriedad y los silencios necesarios para que las admitamos y para que nos conmuevan. En el manejo de los diálogos, la gradación de
En 1984, Guillermo Niño de Guzmán publicó Caballos de medianoche y la respuesta fue una pequeña conmoción: no son muchas las veces en las que es posible disfrutar la aparición de un libro de cuentos tan logrado de un escritor novel. La critica se encargo de señalar el diestro manejo de la tecnica narrativa del autor, aquella que, por citar a Hemingway de muchos modos presente en este volumen, enseña que en un relato es tan importante lo que se cuenta como lo que se esconde. O en palabras de Mario Vargas Llosa, quien prologa el libro: El narrador de sus historias sabe callar a tiempo y no dice nunca una palabra mas de lo estrictamente indispensable para que el lector, estimulado por ese juego de sombras chinas, se sienta obligado a intervenir y a completar las historias. En todas ellas lo mas importante y decisivo no es lo que se dice sino lo que se sugiere y deja adivinar. Es justo la dosificacion de la informacion, asi como el manejo del dialogo y la creacion de atmosferas, uno de los meritos mas evidentes de este conjunto, pero tambien la construccion de unos personajes fascinantes en sus tropiezos y derrotas, perdedores y perdidos, que deambulan entre silencios nocturnos a traves de los trazos secos de una prosa que, a la vez que les da vida, los condena.