Ibn Rusd, el Averroes de los latinos, que vivió entre los años 1126 a 1198, fue un prestigioso juez, un notable médico, y, sobre todo, un extraordinario filósofo que brilló con luz propia en el pensamiento medieval. Su abundante produccion filosofica y cientifica representa un ingente trabajo intelectual en el que ocupan una parte considerable los comentarios al corpus de Aristoteles.A finales del siglo XI el teologo oriental Algazel escribio una obra en la que pretendia demostrar la inconsistencia de los filosofos y la impotencia de la razon humana en su tarea de conocer el mundo. Averroes, por su parte, redactaria hacia 1180 una ambiciosa obra teorica titulada Tahafut al-tahafut o Destruccion de la destruccion, donde polemiza a fondo con Algazel. En ella ataca tanto el dogmatismo de los teologos como el escepticismo de Algazel, mientras defiende con vigor la legitimidad de la actividad filosofica para investigar cualquier cuestion que se le plantee, incluida la religion y sus fundamentos.La autora de este libro, Idoia Maiza, ha contextualizado con acierto el texto de Averroes situandolo dentro del conjunto de su obra filosofica, desmenuzando despues de modo critico los problemas teoricos en el planteados (el origen del mundo, la eternidad del universo, la causalidad en la naturaleza, la estructura del entendimiento humano, etc.). No existe en nuestra lengua, ni en ninguna otra europea, un estudio semejante sobre el Tahafut. Como escribe el profesor Miguel Cruz Hernandez en el prologo, el presente estudio es un ejemplo de buen hacer intelectual y un modelo para otros trabajos que, como este, se ciñan a obras concretas del gran pensador cordobes.