El autor de este libro ha trabajado sobre las expresiones clínicas que generan las patologías del goce, desarrollando conceptos centrales del psicoanálisis tales como la angustia, los síntomas y la repetición. También expone, con claridad y rigor teóricos, los modos en que opera la dialéctica entre el goce pulsional y la Ley del Padre en el territorio de la cultura: el sacrificio, la relación entre el cuerpo y la escritura, el valor clínico del castigo, el ritual de la circuncisión y las diversas formas de organización social (democráticas o autoritaristas). El entrecruzamiento del psicoanálisis con otros campos del saber -la religión, la literatura, el derecho- y la frecuentación de pensadores como Freud, Kafka, Derrida, o Lacan, otorgan finalmente al texto una atractiva y original riqueza conceptual.
La publicación de la segunda edición ampliada y corregida de La función paterna responde a la necesidad de facilitar la lectura de un libro -ya clásico en la bibliografía psicoanalítica en nuestro medio- a todos aquellos interesados en esta problemática central en la clínica y en la teoría de la ciencia creada por Sigmund Freud. Se trata de un texto riguroso donde se exponen con lucidez y claridad consideraciones cruciales sobre este operador teórico central. En sus páginas el lector encontrará reflexiones sobre las fallas en la función paterna y sus diferentes modos de restitución en los distintos cuadros psicopatológicos. El libro abarca tanto aspectos clínicos cómo teóricos. Milmaniene se interna en el fecundo territorio de las producciones culturales para explicar la compleja relación que anuda al sujeto con la Ley Paterna. Se trata de reconocer al padre, lo que supone el riego de aceptar y tolerar creativamente la inevitable distancia que separa al hombre de la función que se ve convocado a encarnar. Si el psicoanálisis se plantea como un discurso sobre la incierta esencia del padre, el texto deviene un intento de respuesta a la pregunta por el lugar del padre en la constitución subjetiva. Milmaniene articula de modo original el discurso psicoanalítico con otros campos del saber, dado que circulan fluidamente a lo largo del libro las conceptualizaciones de Freud y Lacan junto a las reflexiones de pensadores como Roland Barthes, Jacques Derrida y Slavoj Zizek, entre otros.
Esta obra aborda la problemática del amor y el deseo desde una perspectiva psicoanalítica, cuyos conceptos nos permiten una mayor comprensión de los encuentros fallidos entre el hombre y la mujer. Apelando a la catergoria freudiana de deseo y a sus distintas modalidades de suplencias sintomaticas, el autor de cuenta de diversas patologias, las cuales siempre aluden a algun orden de fracaso en la poetica del amor y a algun orden de desmentida en relacion con la etica de las diferencias. En el texto se anudan reflexiones teoricas, experiencias clinicas y trabajos sobre ensayos literarios, los que en su interaccion permiten al lector repensar el mundo amoroso con mayor rigor y apertura. Asi, los pactos, las traiciones, los modos de organizar el deseo, aparecen como manifestaciones de la vida libidinal, la cual siempre pugna por recuperar -mas alla de las desdichas y las contrariedades que genera la pulsion de la muerte- la dimension deseante que procura el amor del yo al Otro. Pero la distancia entre el hombre y la mujer, en tanto expresion de no complementariedad sexual, persiste y se tiende a llenar con sintomas neuroticos, actuaciones perversas y discursos fragmentarios del amor, manifestaciones sobre las cuales el libro ofrece testimonio psicoanalitico.
El intercambio epistolar entre Freud y Zweig muestra al creador del psicoanálisis en la doble faceta de Dichter (creador de ficciones) y Naturforscher (científico naturalista). Sus cartas nos ofrecen un material inagotable para poner a trabajar las propias concepciones psicoanaliticas, en el proceso mismo de su produccion. En su correspondencia, Freud relata las diversas vicisitudes que rodean su la vida - expresadas por el decir poetico (Dichten) de un gran estilista de la lengua alemana-; asi como tambien transmite con claridad el pensamiento pensante (Denken) acerca de los mecanismos del inconsciente. Freud consideraba a los artistas como capaces de un acceso privilegiado a la otra escena inconsciente (eine andere Schauplatz), de modo que la figura de un creador literario de la talla de Zweig opero como estimulo para la redaccion de una correspondencia plena de reveladoras consideraciones psicoanaliticas.