Joseph Brodsky

«El encaje alzado de las fachadas venecianas es el mejor rastro que el tiempo, alias agua, haya dejado nunca sobre tierra firme. [...] Es como si el espacio, más consciente aquí que en ningún otro lugar de su inferioridad frente al tiempo, le respondiera con la única propiedad que éste no posee, con la belleza. Y es por esta razón por lo que el agua toma esta respuesta, la retuerce, la golpea y la rompe en pedazos, aunque al final la recoja y la lleve consigo hasta depositarla, intacta, en el Adriático.» Joseph Brodsky En Marca de agua, un mosaico de 51 breves secuencias, Joseph Brodsky se sirve de sus visitas anuales a Venecia para meditar sobre la relación entre el agua y la tierra, la luz y la oscuridad, el tiempo presente y el pasado, el deseo y su satisfacción, la vida y la muerte. Estampas poéticas, estampas venecianas, estas reflexiones acerca de la ciudad abren brechas en la memoria del escritor, que entrelaza recuerdos personales con hechos acaecidos en la propia Venecia. Para el lector esa percepción y ese contrapunto entre imágenes y pensamientos se asociarán para siempre con el nombre de Venecia.

La marca de l’aigua és un llibre sobre Venècia, però és, sobretot, una interpretació singular d’allò que ens sedueix d’aquesta ciutat fabulosa: la combinació de llum i penombra, l’empremta del passat

Brodsky es uno de los poetas más importantes de finales del siglo XX.

En Del dolor y la razón Joseph Brodsky antes de ensayos pueden considerarse su testamento literario. Brodsky recuerda sus años de infancia en una Unión Soviética invadida de fetiches occidentales, o los tiempos sórdidos de la guerra fría a través de la figura de un doble espía; repasa sin concesiones el mito del escritor exiliado o el del supuesto donjuanismo de los poetas; aborde de forma incisiva, y a menudo provocadora, cuestiones como la creatividad, la Historia, los viajes o el aburrimiento.

Menos que uno, primera recopilación de ensayos de Joseph Brodsky, muestra la gama completa de sus intereses: poéticos, literarios, políticos e históricos.Menos que uno es, en el sentido más amplio de la expresión, una magnífica autobiografía intelectual. En este volumen figuran ensayos notables de Brodsky sobre poesía y poética. Sus análisis de la obra de escritores rusos como Ajmátova, Tsvietáieva y Mandelstam y de autores como Auden, Montale, Cavafis y Derek Walcott son explicaciones luminosas y absorbentes de la poesía del siglo XX. Catástrofes en el aire, sobre la historia y el futuro de la prosa rusa, es una exposición original y emocionante de la vida y la muerte de una tradición literaria. Inevitablemente, Menos que uno trata también de política. Ensayos como «Sobre la tiranía» y «Huida de Bizancio» constituyen profundas meditaciones sobre la historia y la edad moderna. Por último, estos ensayos escogidos conforman también una memoria personal. El que da título al libro («Menos que uno») y el que le pone fin («En una habitación y media») son elogios de Brodsky a su ciudad natal y a la memoria de sus padres.

En un mosaico de cuarenta y ocho breves capítulos, Brodsky utiliza sus visitas anuales a Venecia como punto de partida para meditar sobre la relación entre el agua y la tierra, la luz y la oscuridad,

Joseph Brodsky, uno de los grandes poetas rusos del siglo XX y premio Nobel de Literatura, describe su apartamento durante su niñez y juventud en San Petersburgo como un microcosmos físico e intelectual bajo las condiciones del régimen soviético. Uno de los secretos de su literatura, es la intensidad de significación que consigue con las descripciones de las cosas. Los espacios son explicados con una extraña objetividad, que denota siempre un punto de inquietud. Pero el texto nace, sobre todo, de una reflexión sobre la ausencia definitiva de sus padres, a los cuales ya no volverá a ver. Una obra de una enorme densidad poética, que es también una crítica política de primer orden, y un tratado de filosofía moral. La interrogación sobre los padres adquiere un elemento introspectivo «porque cada hijo, de una manera u otra, repite la evolución de sus padres».

Libro a la venta en mayo. Reserve su ejemplar con nosotros.Recoge los poemas que en las Navidades Joseph Brodsky escribía puntualmente a lo largo de los últimos veinticinco años de su vida.

«En definitiva, Del dolor y la razón es una lúcida y brillante obra ensayística que constituye ;el testamento literario de uno de los escritores fundamentales del siglo xx;». Revista de LibrosEn es

PREMIO NOBEL DE LITERATURA 1987Brodsky carga el mundo de intensidad y lidia con sus percepciones en frases que brillan con imparcialidad en aquello que se les pide que sostengan. No existe voz ni vision remotamente parecidas. The New York Times Book ReviewEn Marca de agua, un mosaico de cincuenta y una breves secuencias, Joseph Brodsky se sirve de sus visitas anuales a Venecia para meditar sobre la relacion entre el agua y la tierra, la luz y la oscuridad, el tiempo presente y el pasado, el deseo y su satisfaccion, la vida y la muerte. Estampas poeticas, estampas venecianas, estas reflexiones acerca de la ciudad abren brechas en la memoria del escritor, que entrelaza recuerdos personales con hechos acaecidos en esta ciudad de agua, agua que, como el mismo dice, la golpea y la rompe en pedazos, aunque al final la recoja y la lleve consigo hasta depositarla, intacta, en el Adriatico. Esa percepcion y ese contrapunto entre imagenes y pensamientos se asociaran para siempre en la mente del lector con el nombre de Venecia.

Joseph Brodsky és un poeta per canviar les nostres vides. És la desembocadura d'un riu que ve dels grecs i dels romans, que s'amara de la tradició jueva, que devora l'alta literatura russa i polonesa dels segles XIX i XX i que arriba esplendorós a la literatura que l'acull, l'anglosaxona. Considerava la poesia com la forma suprema de l'al•locució humana, amb la màxima capacitat crítica envers la realitat que l'envolta, i afirmava que quan s'escriu poesia un es queda enganxat perquè la rima descobreix la dependència entre les paraules, els sons i els conceptes que condueixen cap a la saviesa, «com un narcòtic». Arquitecte de les imatges poètiques i geògraf de la dimensió entre l'espai i el temps, Brodsky deia que un poema sempre li arribava per una via musical, que s'anunciava per un so determinat, amb un so suau: «Només em queda omplir de paraules noves les formes velles. Els meus poemes sempre parteixen d'un to, obro les orelles i la resta és com tocar el piano amb el suport del pedal; si un té sort, els primers tons ja sonen bé. La poesia és un art de formes cultes que ja han estat descobertes i utilitzades per altres abans». Els qui el llegiu us adonareu que no és banal assegurar que tots aquests poemes són a vida o mort.

En Marca de agua, un mosaico de 51 breves secuencias, Joseph Brodsky se sirve de sus visitas anuales a Venecia para meditar sobre la relación entre el agua y la tierra, la luz y la oscuridad, el tiempo presente y el pasado, el deseo y su satisfaccion, la vida y la muerte. Estampas poeticas, estampas venecianas, estas reflexiones acerca de la ciudad abren brechas en la memoria del escritor, que entrelaza recuerdos personales con hechos acaecidos en esta ciudad de agua, agua que, como el mismo dice "la golpea y la rompe en pedazos, aunque al final la recoja y la lleve consigo hasta depositarla, intacta, en el Adriatico". Para el lector esa percepcion y ese contrapunto entre imagenes y pensamientos se asociaran para siempre con el nombre de Venecia.