Juan Miguel Palacios es profesor titular de filosofía moral en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. Es autor de dos libros sobre la filosofía teorética y la filosofía práctica de Kant(El Idealismo Transcendental: teoría de la verdad y El Pensamiento en la Acción. Estudios sobre Kant), así como de numerosos trabajos y traducciones referidos sobre todo a cuestiones de fundamentación de la ética. En el campo de la ética de los valores, además de Bondad moral e inteligencia ética, ha escrito introducciones a tres obras de Scheler (Ética, Muerte y supervivencia y Ordo amoris) y a los Ensayos sobre el progreso de García Morente, y ha prologado y vertido al castellano textos muy significativos de Dietrich von Hildebrand, Roman Ingarden, Hans Reiner y Balduin Schwarz.
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El idealismo transcendental propuesto por Kant se caracteriza esencialmente por la distinción de todos los objetos en general en fenómenos y noúmenos, declarando imposible para el hombre el conocimiento con las cosas, es preciso indagar la peculiar concepción de la verdad entrañada en esta filosofía. Kant mismo abordó este problema distinguiendo dos clases de verdad formal material. La primera consiste en la adecuación del conocimiento consigo mismo, es decir, con sus propias leyes; la segunda, en su adecuación con el objeto determinado a que se refiere. En la lógica de Kant redactada por Jäsche y en sus Reflexiones sobre lógica se encontraba ya expuesta en sus líneas principales la teoría de la verdad formal, pero la reciente publicación de las Lecciones de lógica de filosofo ha aportado un nuevo material muy valioso para la reconstrucción de esta teoría. Mayor dificultad entraña la reconstrucción de la teoría Kantiana de la verdad material, en su doble vertiente de verdad transcendental y verdad empírica, pues ésta se encuentra apenas pura. Con toda la consideración de la particular analogía que existe entre la Analítica transcendental y la Analítica formal ha permitido al autor hallar un hito de Ariadna para su descubrimiento.
«En nuestros días la situación respecto de los valores y la ética fundada en ellos resulta realmente sorprendente. Ya no se habla tan sólo de valores bursátiles. Ahora también los pedagogos ensayan desde sus tarimas la educación en valores, los políticos apelan desde sus escaños a los valores constitucionales, los comités de ética disciernen en los hospitales los valores que han de respetarse en la actividad clínica, los filósofos de la ciencia se reúnen en sus institutos para cavilar sobre la relación de ésta con los valores, los colectivos feministas reivindican en sus foros la consideración de la dependencia entre valores y `género`, hasta los sacerdotes exhortan desde sus ambones a la realización de los valores del Reino... Y, sin embargo, esta ubicua y recurrente alusión a los valores y a sus exigencias va acompañada a la vez de un clamoroso y tenaz silencio filosófico acerca de la naturaleza y el conocimiento de esos singulares objetos, al parecer tan importantes y omnipresentes. Las páginas que dan cuerpo a este libro han nacido de la necesidad de poner esas cosas de que tanto se habla en la tela de juicio de la filosofía.» (Del Prólogo)
La condición de lo humano es la del ser finito que, al tener experiencia de su finitud, se asoma de algún modo a lo infinito.Esta peculiar forma de finitud es la que se vislumbra en las lecciones que forman este libro. Las tres tratan de asuntos referidos al conocer y al querer del hombre, y abocan a una toma de conciencia de la limitacion que les es propia.