Juan Montero Aroca, página 2 de 9

El auto de cuantía máxima tiene su origen en la Ley 122/1962 y en la Ley 3/1967. En los años iniciales de su aplicación se despertaron serias dudas en la doctrina y en la jurisprudencia, dando lugar a interpretaciones y a practicas divergentes.En la actualidad, cuando han pasado mas de cuarenta años desde aquel inicio de creacion de un nuevo titulo ejecutivo, puede afrontarse una obra en la que se ofrezcan los resultados de una doctrina consolidada y de una jurisprudencia que ha ido unificandose.Eso es lo que el lector puede encontrar en este libro: Una sintesis clara y ordenada de las soluciones que la doctrina y la jurisprudencia ha ido dando a las variadas cuestiones que se han suscitado en una riquisima y prolongada practica.

Texto resaltando los artículos modificados recientemente

En junio de 2003 una denuncia anónima puso en marcha unas Diligencias de investigación en la Fiscalía del Tribunal Superior de Cataluña. Duraron 4 años (el máximo legal son 12 meses; ver art. 5 Ley 50/1981). En 2007 la querella de esa Fiscalía, con­tra algunos dirigentes de la Fundación Privada Intervida, dio lugar a una instrucción que duró 5 años y que acabó en un auto de sobreseimiento. Nunca hubo ni delitos ni delincuentes. No se "desvió" cantidad alguna. En la instrucción se acordó como medi­da cautelar la suspensión en sus cargos de los siete patronos de Intervida, aun­que sólo uno de ellos fue querellado e imputado. Acabada la instrucción por sobresei­miento, ninguno de los siete patronos ha sido repuesto todavía en su cargo. Por el contrario, la Generalidad de Cataluña ha asumido el gobierno no provisional de Intervida. Explicar el Caso Intervida, en lenguaje llano, es el objetivo de este libro. Un Caso en el que, después de diez años de emplear mútilmente tiempo y recursos, se ha puesto en cuestión la seguridad jurídica y la tutela judicial en el Reino de España. Es dudoso que hoy un extranjero pueda decir: "Aún hay jueces en... España" (es gibt noch Richter in Berlín), como le dijo en 1750 el molinero Arnaldo al rey de Prusia Federico II.