Un emotivo legado en forma de libro.María Vázquez escribió y dibujó este cuaderno mientras peleaba contra el cáncer. Murió a los 43 años, en abril de 2015, en la habitación de un sanatorio en Buenos Aires. Su ultimo deseo fue que Nippur, su pequeño hijo de 3 años, pudiera, al leer estas paginas, recordarla, conocer su historia y aprender. Es su canto de cisne y su legado de amor para los suyos. Una historia que se aproxima mas a la ficcion y a la poesia que a la realidad, pero que es aun mas conmovedora por serreal.
Hay personas y momentos de nuestra vida que ni se olvidan ni desaparecen, porque algunos puentes nunca arden.Un sábado a la noche, mientras hacen la cena, su novio de toda la vida se va de casa tras discutir con Nieves. En los sucesivos dias ella espera que regrese, en su lugar, habra de enfrentarse a la ruptura definitiva, a comprender que vivia atrapada en una relacion insana y que es hora de aprender a quererse, de ser ella misma sin que nadie le imponga barreras; tambien a redescubrir el amor y rescatar del olvido sentimientos que habitaban sepultados en su interior.En su nueva etapa contara con el apoyo incondicional de su prima Vera, una mujer transexual con un gran talento para el diseño de ropa y, en especial, la creacion de encaje. No solo le ayudara a superar la ruptura, sino que junto a ella se ilusionara por una nueva persona que aparece en su camino. Y, aunque Nieves mira hacia adelante, la vida y sus circunstancias le mostraran que a veces las segundas oportunidades no deben buscarse en lo desconocido, sino en lo que ya se tiene y no se ha sabido ver.A veces dejamos escapar las cosas por miedo a arriesgar y, en ocasiones, esas oportunidades perdidas no mueren, sino que permanecen esperando a que las veamos y las tomemos. Y es que hay puentes que, aunque se intenten dinamitar, nunca arden.