OUKA LELE

El abundante material gráfico del Archivo Lafuente que contiene este libro muestra la transformación de la artista Bárbara Allende en Ouka Leele, sobrenombre adoptado a finales de los años ochenta por esta fotógrafa esencial en la historia de la fotografía española del siglo XX. En diálogo con una cuidada selección de sus dibujos, cómics, cuadernos y bocetos preparatorios, sus fotografías en blanco y negro y coloreadas evolucionan desde las primeras tomas en el ámbito familiar hasta las sofisticadas escenificaciones, que concluye con su famosa serie Peluquería. Un libro que explora la galaxia de Bárbara Allende donde nació Ouka Leele.

EN ESTE JARDÍN, NO MATARÁS. Cantares con sus serigrafías y dibujos. Realiza un mural en Ceutí, Murcia: Mi jardín metafísico (2002-2004) de 300 metros cuadrados. Edita de nuevo Floraleza (2005), con sus poemas y serigrafias intimamente relacionados con el

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Todo en ella es dulzura: es dulce cuando escribe entre susurros sobre pájaros de agua o cenizas de infancia y dulce cuando grita y acusa y señala con el dedo la infame historia de una realidad que sigue avergonzando nuestros días: el dolor de ser mujer, esa condena incongruente dictada por los hombres. No es fácil leer De la embriaguez desnuda usando sólo una parte de tu propio cerebro desafiando, grave, imperfecto en estos versos que alcanzan su desconsolada inocencia imaginando no sólo el tono de la autora sino su gesto contenido y muy especialmente su mirada. Ante ustedes, desnuda y embriagada, la caja de Ouka Leele con sus versos, su maleta que todo lo contiene, sus cuadernos escritos a vuela canto desde un tren llamado vida.

Todo libro tendría que ser un objeto mágico, y éste, que arde entre las manos, lo es de forma especial, porque trata de la palabra, que es el objeto mágico por excelencia, y del silencio, que es la cara oculta de la palabra (y la cara oculta de la magia). Concebido como un ejercicio espiritual y como un vuelo por las escalas ascendentes y descendentes del eco, Ouka Leele nos va guiando, a ritmo de nana y a ritmo de danza leve y etérea, por los sonidos y los sentidos fundamentales: amor, vida, muerte, día, noche…, para dejarnos al final sumidos en el corazón de un silencio tan pleno y tan sustantivo como la palabra cuando se hace carne y arde entre nosotros.