Ramón Muñoz es licenciado en peiodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Inició su carrera en el Diario de Ávila y fue colaborador en diversas publicaciones como El Economista o Diario 16. Posteriormente trabajó en la agencia Europa Press donde desarrolló su labor en la sección de Economía. De aquí pasó a El Mundo y luego a El País, en el que trabaja actualmente.Su labor profesional ha estado siempre ligada a la información económica y, en especial, al sector de las telecomunicaciones y de la tecnología, obteniendo galardones como el Premio Vodafone de Periodismo, Premio Asimelec y Premio de la Asociación de Usuarios de Comunicación.Desde el inicio de la crisis en 2008, fue uno de los pocos periodistas que, a contracorriente, alertó sobre la gravedad de lo que estaba aconteciendo. En sus artículos, Muñoz ya avisó de que, en contraposición a la opinión oficial, ésta no era una crisis cíclica más sino una profunda depresión que iba a hacer tambalear todo nuestro sistema de bienestar.
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España está en el centro de una vorágine de depresión económica sin precedentes que acabará de un plumazo con el paréntesis de prosperidad del que hemos disfrutado en las últimas décadas y que creíamos eterno. Los mercenarios del optimismo -politicos, expertos, economistas y periodistas- que trabajan a sueldo de los que verdaderamente mandan y han arruinado el pais, nos han estado contando que de esta tambien saldremos. EnEspaña, destino tercer mundo se destapa esta falacia y se realiza un retrato del futuro siniestro que nos espera. Lo superaremos, si, pero empobrecidos hasta unos niveles que no se recuerdan desde los años cincuenta, con varias generaciones perdidas, trabajos escasos y mal pagados y unos jubilados que van a ver esfumarse sus cotizaciones y que solo podran aspirar a pensiones minimas de caridad. Ramon Muñoz, periodista de economia del diario El Pais, advierte de que el Estado no lograra hacer frente al pago de su astronomica deuda, y de que la situacion del sistema financiero es tan critica que ni siquiera estan seguros ni los ahorros. El Gobierno podria decretar un corralito como el que vivio Argentina hace una decada para frenar la fuga masiva de capitales y, lo que es peor, convertir los depositos de los ciudadanos de euros a pesetas, lo que haria empobrecer de la noche a la mañana a miles de personas. Este es un libro en el que se augura un futuro triste y carente de escapatoria alguna. Por eso, su lectura no se recomienda a optimistas impenitentes ni a votantes de partidos mayoritarios deseosos de escuchar que todo se arreglara. Si acaso va dirigo a un tipo de lector inquieto. harto de leer las mismas mentiras que le han estado contando los medios de comunicacion desde que empezo la crisis.
España está en el centro de una vorágine de depresión económica sin precedentes que acabará de un plumazo con el paréntesis de prosperidad del que hemos disfrutado en las últimas décadas y que creíamos eterno. Los mercenarios del optimismo -politicos, expertos, economistas y periodistas- que trabajan a sueldo de los que verdaderamente mandan y han arruinado el pais, nos han estado contando que de esta tambien saldremos.EnEspaña, destino tercer mundo se destapa esta falacia y se realiza un retrato del futuro siniestro que nos espera. Lo superaremos, si, pero empobrecidos hasta unos niveles que no se recuerdan desde los años cincuenta, con varias generaciones perdidas, trabajos escasos y mal pagados y unos jubilados que van a ver esfumarse sus cotizaciones y que solo podran aspirar a pensiones minimas de caridad.Ramon Muñoz, periodista de economia del diario El Pais, advierte de que el Estado no lograra hacer frente al pago de su astronomica deuda, y de que la situacion del sistema financiero es tan critica que ni siquiera estan seguros ni los ahorros. El Gobierno podria decretar un corralito como el que vivio Argentina hace una decada para frenar la fuga masiva de capitales y, lo que es peor, convertir los depositos de los ciudadanos de euros a pesetas, lo que haria empobrecer de la noche a la mañana a miles de personas.Este es un libro en el que se augura un futuro triste y carente de escapatoria alguna. Por eso, su lectura no se recomienda a optimistas impenitentes ni a votantes de partidos mayoritarios deseosos de escuchar que todo se arreglara. Si acaso va dirigo a un tipo de lector inquieto. harto de leer las mismas mentiras que le han estado contando los medios de comunicacion desde que empezo la crisis.