El autor de este interesantísimo estudio lo comienza confesando que en su búsqueda personal de Dios se ha servido de múltiples recursos, pero de un modo particular, de todo aquello que transparenta su misma Belleza y Hermosura.¿Seguimos nosotros este camino? Por regla general, no. Y menos en un mundo tan tenso y convulso como el nuestro. Por via intelectual, hablamos de su infinitud, amor, verdad, bondad, justicia y mil atributos mas. Y a quien anda a pie descalzo por el camino de la vida, puede que hasta le parezca un lujo esto de descubrir el rostro de su Dios a traves de una belleza, tan escasa en sus paisajes.Aqui radica lo valioso, pedagogico y atractivo de estas paginas, en que nos descubren la belleza como ''lugar teologico'', como camino y recurso bien probados de acercamiento y experiencia divinas.¿Que como lo demuestra? No podia hacerlo de otro modo que apoyandose en los misticos. En Teresa de Jesus y Juan de la Cruz concretamente. En ellos podemos comprobar la intima relacion existente entre misticos y estetas, entre fe cristiana y gusto por la belleza.