Sólo en contadas ocasiones, la fi losofía ha tomado el olvido en un sentido positivo, como condición de un modo de existencia fundamentado en afi rmación de la vida. Las pasiones tristes, el temor al futuro, la angustia frente a la muerte, la nostalgia por el pasado, la perentoriedad de lo cotidiano son fi eles aliados de la memoria y del habito, pero acaban por apresarnos entre las redes de nuestra historia personal y comunitaria.Algunos han hecho del saber vivir una fi losofia; otros han entendido precisamente asi la tarea propia del fi losofo, inseparable de una afi rmacion incondicional de la vida.