Melquíades de Camponegro, el editor de los mejores autores de novela policíaca, reúne a siete de ellos para rendir homenaje a Ulises Cabal. Lo que en principio se presenta como un fin de semana de vacaciones en la mansion La ratonera, se convierte en una autentica trampa y Ulises se encuentra con un nuevo caso.
Ulises Cabal acude a la llamada de un amigo que le pide ayuda para catalogar los libros del colegio de Salamanca Marqués de Bracamonte, donde trabaja. Una vez que ha llegado allí, algunas conductas y reacciones de los alumnos del Colegio Mayor le hacen pensar que algo extraño esta ocurriendo. En realidad, estan asustados porque creen que el fantasma de un noble, miembro de la familia propietaria del palacio en el que ahora se ubica el colegio, se pasea por los pasillos al anochecer. Algunos dicen que lo han visto, otros sufren las bromas del supuesto fantasma, pero Ulises sospecha que alguien esta intentando cerrar el colegio para poder buscar sin testigos ni interrupciones un tesoro escondido. Finalmente descubre que tanto el cocinero, como un detective contratado por el director, son los autores de las bromas y los responsables de las apariciones. Utilizando las mismas armas, Ulises los logra desenmascarar y resolver el misterio.
El detective librero Ulises Cabal va a Cádiz para documentarse sobre el compositor Manuel de Falla, nacido en esta ciudad. Es el tiempo de los carnavales y entre miles de personas disfrazadas, Ulises reconoce a su viejo enemigo: el Hombre de la Capa. A partir de este momento tiene que averiguar el porque de su presencia en la ciudad.
En Granada, ciudad donde todo es posible, un pasadizo secreto lleva a Ulises Cabal hasta la mágica Alhambra. Allí descubre que una de las leyendas recogidas en un viejo manuscrito de los Cuentos de la Alhambra de Washington Irving Washington Irving, esta a punto de hacerse realidad.El detective no parara hasta descubrir la verdadera guarida del leon de piedra.
Ulises Cabal es reclamado por el director del teatro Calderón de Valladolid. Su compañía, no muy bien avenida, está ensayando el Don Juan Tenorio, la inmortal obra de Zorrilla. Uno de los actores asesina al Comendador. Todos lo han visto: ha muerto en el escenario de un tiro en el pecho. Sin embargo, Ulises Cabal demuestra que las apariencias engañan.
