¡No hay nadie en el mundo con tanta suerte como Juan! Una pieza de oro casi tan grande como su cabeza, un caballo, una vaca, un cerdo, un ganso, una piedra y, al final, ¡nada!Un hermoso relato de los hermanos Grimm magistralmente ilustro por Eve Tharlet.
Príncipes o plebeyos, los protagonistas de estos relatos, tras vencer muchas pruebas y desdichas, culminarán sus empresas, alcanzarán la felicidad. Y es que el final feliz pertenece a la esencia de los llamados cuentos de hadas, esas narraciones que buscan la savia nutricia en el substrato de lo prodigioso y hacen abrirse en el campo de nuestra razon la flor de la fantasia.Actuando como sortilegios, las palabras anudadas de los parrafos nos permitiran conocer el lenguaje de los animales, el espiritu que anima los objetos. Y las paginas encantadas de los Cuentos de los hermanos Grimm nos prestaran la alas con las que viajaremos al encuentro de nuestra inocencia perdida.
En este libro se presenta una selección de los mejores y más queridos cuentos populares de los Hermanos Grimm, basados en los textos de sus obras completas editadas en 1857, su encanto perdura y perdurara siempre, deleitando las horas de lectura de grandes y pequeños.Las excelentes ilustraciones, llenas de detalles y toques personales de la artista rusa Anastassija Archipowa, constituyen un deleite para todos. Consigue a traves del colorido, unas veces suave y otras energico, transmitir los sentimientos y estados de animo propios de cada uno de los personajes.De esta manera, se funden imagenes y texto, haciendo de este libro un tesoro indispensable en cualquier coleccion de cuentos o biblioteca.
La conmovedora historia de una huerfanita que, a pesar de su extremada pobreza, es muy buena y generosa. En su vagar por el campo, la niña va regalando todo lo que tiene hasta quedarse sin nada. Al final su infinita generosidad es recompensada y vive dichosa y feliz el resto de sus dias. Las atractivas ilustraciones de Eve Tharlet aportaan un nuevo encanto a este entrañable relato de los hermanos Grimm.
Había una vez una niña más linda que el sol. Todo el mundo la quería porque era muy buena, pero más que nadie la quería su abuelita, que un dia le había hecho una caperuza de terciopelo rojo, y tan bien le quedaba que nunca se la quitaba. Por eso a la niña todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.
