El desarrollo humano durante el primer año de vida. Hoffmann considera el desarrollo temprano como un período crítico para el afianzamiento de la individualidad del bebé, y por lo tanto para la construcción de un sujeto humano sólido. Para el autor el infante tiene una individualidad desde los primeros momentos de su vida que está marcada tanto por sus dotaciones genéticas como por sus vivencias desde el comienzo de su vida intrauterina. El medio ambiente es importante en cuanto cumple una función, de fuente de apoyo, como capas de cebolla que crean un nido de protección y suministros para la relación de la madre y el bebé
Pensar en el presente. No hay otra tarea más alta y necesaria para la filosofía que hacerse cargo del frágil hoy, ni problema mayor que intentar hacerlo desde su misma fragilidad. La precariedad de nuestro presente tiene un nombre: epoca del nihilismo. Este signo distintivo de nuestra epoca no se refiere solo al sentimiento de flaqueza o pesimismo que asfixia a la cultura actual, sino que apunta a un fenomeno ontologico: la nada forma parte de nuestra experiencia del ser, de nuestro modo de ser, del ser en cuanto tal. Ser y nada deben ser pensados en su copertenencia como el acontecimiento mismo que somos. A pensar la nada nos desafia la actualidad. Este volumen responde a ese dificil reto de pensar la nada. Para ello, el nucleo de la cuestion es planteado en terminos de la problematica delimitada por Nietzsche y Heidegger. A partir de el se proyectan dos vectores, uno hacia la genealogia del nihilismo, que nos lleva hasta el pensamiento platonico-aristotelico y el tratado acerca del no-ser de Gorgias. El otro vector, el que conduce a afrontar la cuestion de la tarea de pensar hoy, lleva a la filosofia de la diferencia y a meditar acerca de el arte de hacer un mundo, dicho con el titulo del ultimo ensayo de J. L. Nancy. Los autores de este libro, entre ellos algunos de los maximos especialistas nacionales y extranjeros, reunidos de modo excepcional en una autentica experiencia de pensamiento, ofrecen testimonio del esfuerzo comun por alimentar el debate filosofico desde el urgente compromiso con la eventualidad de nuestro hoy.
Starting from the premise that philosophers'' deaths have been as interesting as their lives, Simon Critchley pulls readers in with quirky stories of how philosophers died and then confronts the big themes - in this case, what ''a good death'' means and how to live with the knowledge of death and free from what he calls ''delusions and sophistries''. The book consists of short, sometimes very short, entries on various philosophers, cataloguing the manner of their demises and linking this to their central ideas. These entries would run from a couple of sentences in the case of the Pre-Socratics or minor Medievals and Moderns, up to a paragraph or indeed short essays of about 800 words in the case, say, of Socrates, Seneca, Rousseau, Kant and Nietzsche. Some of the entries would be rather pithy and, hopefully, witty.The book would be framed with an Introduction, and a long concluding chapter on philosophy and death where I would seek to defend what I have already said about the ideal of the philosophical death as a way of denouncing contemporary delusions and sophistries, what Francis Bacon saw as the Idols of the Tribe, the Den, the Market-Place and the Theatre (incidentally, Bacon died in a particularly cold winter in London in 1626 from a cold contracted after trying to stuff a chicken with snow as an experiment in refrigeration). ''
