En un escenario dominado por la amnesia y el sonambulismo, las alucinaciones y las ensoñaciones, el sujeto burgués, cuya identidad parecía tan sólida, se revela habitado por máscaras que escapan a cualquier dominio, presa de un desdoblamiento que jamas podra recomponerse. Al final, la identidad del sujeto occidental resulta ser una figura sombria y constitutivamente doble, que vive solo en sus carencias y sus olvidos, en sus perdidas y sus distracciones. Inmemorial y, precisamente por eso, inolvidable.
Frente al vínculo ajeno y roto que mantenemos con la tierra, lo salvaje aparece como aquello que nos acerca a una reconciliación con la vida. Entender lo salvaje como lo que nos permite mantener los lazos necesarios para habitar la tierra nos recuerda que somos materia viva que debe compartir su lugar en el mundo con todo lo otro, lo que implica asumir ciertos principios eticos que respeten nuestra identidad animal ecodependiente. Mas alla de una idea de lo salvaje patriarcal y antropocentrica, construida a partir de dualidades disyuntivas, en este libro se presenta una idea de lo salvaje que atiende a su lado mas afirmativo, no atravesada por sentidos denigrados y abyectos. Un salvaje que aparece como ese umbral poroso que conecta los lados que aparecen enfrentados en las dicotomias. Lo salvaje es donde se diluyen los opuestos, el lugar que ensancha el filo de la frontera y permite habitarlo. En esos territorios de lo salvaje los desiertos y los bosques aparecen en nuestra tradicion como lugares privilegiados donde es posible acceder a nuestro ser animal. Un saber salvaje que esta emparentado con nuestro saber mas corporal y carnal y, por ello, dificil de expresar. Maria Zambrano nos ayuda a pensar como puede ser ese saber salvaje y como podemos transmitirlo. Acompañadas de