Una inmigración inconexa entre sí marca hoy la convivencia de una ciudad que hace no mucho fue la elegida como la mejor del mundo para vivir. El giro en la identidad de Palma en el último cuarto de siglo se explica por el choque entre los mas acaudalados del planeta, con al mismo tiempo los mas pobres. El trasvase de una quinta parte del parque de vivienda desde su uso residencial hacia el de corta estancia impulsa en gran parte esta evolucion.En pleno cambio de milenio, los parques sufrian las drogas y peleas. Las aceras, con los asaltos. La calzada, con el ruido de las motos trucadas. Las paredes, con los grafitis. Y las noches eran puro extasis hasta el amanecer. Hoy existe otro tipo de delincuencia, en una ciudad en cronico conflicto interno historico entre clanes, barriadas, clases sociales, y con una de las mayores diferencias respecto al resto de la provincia rural que puede darse en cualquier punto del globo. Las aulas escolares del inicio del siglo XXI las compartian hijos y nietos de andaluces y de catalanes, mientras que ahora hay centros privados elitistas con casi solo europeos, y otros publicos con una mayoria de niños de familias de todos los grandes continentes. El residente, de este modo, se ha visto por primera vez en la historia en minoria respecto a la suma de un resto con dispares razas y credos, y embotados en ocasiones en comunicarse por el movil con sus ancestros mientras cruzan las Avenidas en los autobuses de linea.El probable mayor volteo demografico de la ciudad se fomento sin consenso alguno, y menos aun con un plan de integracion. Asi, los palmesanos con mas antepasados mallorquines disfrutan de mas riqueza que nunca al revalorizarse sus propiedades, pero conviven con la mayor cantidad de pobres que en cualquier otro periodo. Esta nueva Babel, especialmente mimetizada con la naturaleza, y con sensacion de vulnerable por el mar y por los vestigios militares, viene moldeada por una iglesia cuyo patrimonio marcara el futuro como oportunidad para reivindicar la identidad y promover la convivencia. De megabotellones en el Maritimo hasta tardeos de divorciados, pasando por la ruta martiana, el nuevo paisaje urbano lo conforman originarios de Colombia, Argentina, Marruecos, Italia, China, Senegal, Italia, Banglades, Filipinas, o Rumania, mezclados con otros menos humildes desde Alemania, Reino Unido o Suecia.El pasado reciente de estos primeros 25 años del tercer milenio, por ello, puede definirse por varias palabras como quillos, pijos, butifarra, guiri, Orizonia, tardeo, tuning, Airbnb, botellon, facilmente, cumbia, la Paca, atascos, Colacao, peatonalizacion, fortor, calesas, rentistas, spritz, influencer, masificacion, masaje, pintadas, boutique, Micros, mel, gelateria, dimonio, house, empanada, rua, empalmado, patinete, tortugas, Hatbar, okupas, selfi, bazar, madame, chiquipark, fiscales, ramadan, validacion, vermuteria, batucada, poche, figurante, kelly, inclusividad, vacante, SOS, reciclaje, smash, ecotasa, inmersion, absentismo, botox o cargador. Una identidad unica, en definitiva, de unos ciudadanos que vienen demostrando un atinado criterio para crear un ambiente idilico, y que merece salvaguardarse, enriquecida aunque sin perder sus esencias.
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