Júlia Bertran cuenta, en primera persona, con gran sinceridad y mucho rigor, la experiencia de su embarazo a través de la donación de óvulos. Es un relato en el que se entrecruzan constantemente los deseos intimos, los sentimientos de culpa, leyes poco sensibles y las violencias impuestas por el mercado. Es un intento de desenmascarar los eufemismos y los tabues que rodean la industria de la reproduccion asistida, pero tambien de construir un dialogo colectivo sobre el proceso para que las personas no se vean obligadas a afrontarlo en soledad, como le ocurrio a ella, y para que encontremos modos mas eticos y respetuosos de hacer las cosas. Aireo las visceras por si pueden ser utiles a alguien, afirma.