En esta novela impregnada del mismo espíritu satírico que años después sería también seña de identidad de "El maestro y Margarita", de Bulgákov, su protagonista, Chíchikov, pergeña el plan de comprar "almas muertas" -esto es, la propiedad de siervos fallecidos- para así poder pedir un crédito al Estado, con esta propiedad como aval, antes del siguiente censo y labrar su fortuna. En el relato de sus andanzas por la Rusia rural, repleto de episodios y encuentros a menudo chocantes o grotescos, Gógol dibuja un retrato descarnado y regocijante de la personalidad y los resortes de conducta de funcionarios, terratenientes y demás miembros de la sociedad zarista.En esta novela impregnada del mismo espíritu satírico que años después sería también seña de identidad de "El maestro y Margarita", de Bulgákov, su protagonista, Chíchikov, pergeña el plan de comprar "almas muertas" -esto es, la propiedad de siervos fallecidos- para así poder pedir un crédito al Estado, con esta propiedad como aval, antes del siguiente censo y labrar su fortuna. En el relato de sus andanzas por la Rusia rural, repleto de episodios y encuentros a menudo chocantes o grotescos, Gógol dibuja un retrato descarnado y regocijante de la personalidad y los resortes de conducta de funcionarios, terratenientes y demás miembros de la sociedad zarista.
Ficha técnica
Traductor: Augusto Vidal
Editorial: Alianza Editorial
ISBN: 9788491040941
Idioma: Castellano
Número de páginas: 544
Tiempo de lectura:
13h 1m
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Fecha de lanzamiento: 24/09/2015
Año de edición: 2015
Plaza de edición: Es
Colección:
13/20
13/20
Alto: 20.0 cm
Ancho: 13.0 cm
Grueso: 3.0 cm
Peso: 404.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Nicolái Vasílievich. Gógol
19 de marzo de 1809, cerca de Sorochincy, en el distrito de Mírgorod, provincia de Poltava, en Ucrania. Educado primeramente en la casa paterna y luego en el Liceo de Niezin, terminó Gógol sus estudios en 1828 con un diploma de segunda categoría. En vez de estudiar, organizaba funciones. Otro factor desfavorable, que frenaba su aplicación, era su desmesurado orgullo. Convencido de su superioridad sobre las demás personas, el joven Gógol soñaba con grandes hazañas en vez de estudiar. Pero ¿cómo explicar que, a pesar de su pasión por el teatro, veía su gran porvenir en una carrera administrativa? Aun la probó, como intentó más tarde dar clases de historia. Pero la atmósfera gélida de las oficinas públicas petersburguesas apagó rápidamente sus ilusiones respecto a la posibilidad de distinguirse en aquel terreno.