Era un desconocido, pero ha dado un fulgurante salto a la fama y se ha convertido en enemigo público. El Anisakis simplex genera miedo y aparece ante los ciudadanos como un gusano peligroso, capaz de estropearnos el delicioso festín gastronómico de los pescados y mariscos frescos, un bicho portador quizás de una inquietante venganza del mar.