Sinopsis de DESAFÍOS DEL SÍNODO 2021-2024: LOS POBRES, LAS MUJERES Y LOS MINI STERIOS
"Mirar al Pueblo de Dios es recordar que todos ingresamos a la Iglesia como laicos. El primer sacramento, el que sella para siempre nuestra identidad y del que tendríamos que estar orgullosos es el del Bautismo. Por él y con la unción del Espíritu (los fieles) quedan consagrados como casa espiritual un sacerdocio santo (LG 10). Nuestra primera y fundamental consagración hunde sus raíces en nuestro bautismo. A nadie han bautizado cura, ni obispo. Nos han bautizado laicos y es el signo indeleble que jamás nadie podrá eliminar. Nos hace bien recordar que la Iglesia no es una élite de los sacerdotes, de los consagrados, de los obispos, sino que todos forman parte del Santo Pueblo de Dios" (palabras del papa Francisco al cardenal Quellet).