DEBOLSILLO - 9788490321249
Una inteligente y divertidísima novela que aúna intriga, obsesión, asesinato y amor incondicional por la literatura.
El señor Y. debe cumplir su último encargo como asesino profesional, pero para conseguirlo tendrá que superar un grave obstáculo: no le queda más que un día de vida.
En realidad, el enigmático asesino a sueldo que responde a las iniciales M.Y. lleva años muriéndose, desde el mismo momento en que vino a este mundo. Le persiguen tantas enfermedades que cualquiera podría considerarlo un milagro médico. Ahora, por encargo de un cliente misterioso que se mantiene en la sombra, debe matar al escurridizo Eduardo Blaisten antes de que le asalte una apoplejía terminal o una úlcera gangrenosa o un empeoramiento de su Síndrome del Espasmo Profesional.
Su incomprensible mala suerte irá frustrando uno tras otro todos sus intentos de homicidio, y estableciendo una mágica conexión entre sus propias penalidades y los grandes males físicos, psicológicos e imaginarios que torturaron a Poe, Proust, Voltaire, Tolstói, Molière, Kant y al resto de los hipocondríacos ilustres de la historia de la literatura y el pensamiento.
«No me queda más que un día de vida, después de haber escatimado quince millares a la muerte, sólo me resta uno más. Dos, a lo sumo. Tengo la absoluta certeza de que ni un día más tarde de hoy moriré. Como mucho mañana. Contravendría todas las leyes de la naturaleza que mi cuerpo transido de enfermedades, horadado por todas las afecciones, se sostuviera con vida un día más. Pero no me puedo ir sin antes haber acabado con Eduardo Blaisten. Me pagaron por adelantado, y yo soy un hombre de moral kantiana.»
Reseña:«Una novela originalísima, desternillante e inquietante, con el acierto mayor de un personaje inolvidable: ese protagonista hipocondríaco que parece más grande que la propia vida».Rosa Montero
Especificaciones del producto
Escrito por Juan Jacinto Muñoz-Rengel
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4 opiniones de usuarios
Angie
28/09/2020
Bolsillo
Lo mejor son los capítulos sobre personajes reales. Por ejemplo, Kant.
la-vieja-piragua
23/10/2014
Bolsillo
Que un asesino a sueldo sufra una hipocondría tan exagerada que le obstaculice el desarrollo de su trabajo y que piense que es él, en vez de su víctima, el que está viviendo el último día de su vida, es a priori un planteamiento ingenioso y original. Si además el autor intercala entre las peripecias de su protagonista anécdotas de ilustres escritores que sufrieron la misma enfermedad, parece que deberíamos estar ante una novela original e interesante tanto para los aficionados a la novela negra como a la literatura en general. Sin embargo, en mi caso, las expectativas se me vieron defraudadas enseguida. Veamos, la novela está bien escrita, no hay nada en el estilo de lo que avergonzarse, y la idea es efectivamente curiosa y divertida. El problema es que nunca debería haber sido una novela, sino algo de menor extensión como un cuento o, en el mejor de los casos una novela mucho más corta. La dejé en la página 76 porque ya tenía bastante; el personaje y sus achaques parecían haber dado de sí todo lo que tenían y la historia me empezaba a resultar ya bastante reiterativa. A lo mejor la trama daba después un giro sorprendente, no tenía pinta, pero nunca lo sabré porque, la verdad, no me apetecía continuar leyendo 170 páginas más. Muñoz Rengel es un cuentista y, al parecer, bueno. No entiendo qué necesidad tenía de meterse en una novela si no es el género en el que se siente más a gusto. Borges no lo hizo.
Jionni
30/04/2013
Bolsillo
Muy original y gracioso en algunos momentos.
Rbarmel
20/03/2013
Bolsillo
Pocos libros llaman tanto la atención con un título o con una buena imagen de portada como en este caso. Esto puede jugar a su favor o en su contra, y eso queda que lo decidas tú. Para mi gusto, empieza muy bien, con un humor oscuro que hace que enseguida le cojas cariño al maniático de su protagonista, pero pierde fuelle según avanza la trama. Aunque es un gran personaje, yo me quedo con ganas de más, con ganas de saber cómo llegó hasta ahí, con ganas de saber cómo fue su vida, de por qué hace lo que hace. Sin embargo, a la mitad de la historia más o menos deja ver que su agudeza mental es sólo fachada, y la trama acaba resolviéndose a marchas forzadas. Debería haber invertido má tiempo en el final. En defeinitiva, es como esas atracciones en las que te montas y al principio sientes que todo es genial, pero mirándolo desde fuera te das cuenta que no es para tanto.
Tapa blanda
Dr. Manuel Sans Segarra