GRIJALBO - 9788425340932
Especificaciones del producto
Escrito por Jesús Maeso de la Torre
JESÚS MAESO DE LA TORRE (Úbeda, Jaén) es uno de los autores de nove la histórica más reconocidos de nuestro país. Estudió Magisterio y posteriormente obtuvo una licenciatura en Filosofía e Historia por la Universidad de Cádiz. A lo largo de su carrera ha simultaneado la docencia con la literatura y la investigación histórica. Es académico de número de la Real Academia Hispano Americana de Ciencias, Artes y Letras, ateneísta de mérito del Ateneo Literario, Científico y Artístico de Cádiz, pertenece a la Academia de la Lengua Española de Nueva York y es miembro de la Sociedad Andaluza de Estudios Históricos y Jurídicos. Ha colaborado en medios como los periódicos El País, La Voz de Cádiz y Diario de Cádiz, y las revistas Clío, Andalucía en la Historia, Más Allá, Muy Historia e Historia y Vida, entre otras. Es autor, entre otras, de las novelas Al-Gazal, Tartessos, El papa Luna, La piedra del destino, El sello del algebrista, El lazo púrpura de Jerusalén, La cúpula del mundo (premios de la Crítica y Caja Granada de Novela Histórica), En una tierra libre, El auriga de Hispania, Comanche, Oleum, el aceite de los dioses, Teodora, la crisálida de Bizancio y La rosa de California.
¡Sólo por opinar entras en el sorteo mensual de tres tarjetas regalo valoradas en 20€*!
(3) comentarios
(1)
(2)
(0)
(0)
(0)
3 opiniones de usuarios
KAMINANTE37
18/09/2008
Tapa dura
Buen libro, entretenido con una interesante narrativa y una trama muy bien conseguida. Lo recomiendo
MARYPAZ1950
18/05/2008
Tapa dura
Me he encantado léer este libro, está muy bien escrito, y la trama interesa desde el principio. Hacía mucho tiempo que no leía tan a gusto.Es como cuando tocas la seda, se desliza suavemente, con un tacto que agradeces, que acaricia. Gracias al autor por molestarse en juntar tan bien las palabras.
Josep Espuny Espuny Domingo
14/07/2007
Tapa dura
Al igual que en La Piedra del Destino, cuando el autor deja la prosa ampulosa, consigue buenas novelas. Lo que no sabe es que ni los caballos ni los asnos son rumiantes.