Al cumplir setenta an& x00303;os, H. Leyvik, quiza& x00301; el poeta yiddish ma& x00301;s laureado, decidio& x00301; echar la vista atra& x00301;s para relatar sus experiencias como vi& x00301;ctima de la represio& x00301;n tras participar en la Revolucio& x00301;n rusa de 1905, cruelmente aplastada por las tropas imperiales, de cuyos rescoldos, doce an& x00303;os ma& x00301;s tarde, brotari& x00301;a la Revolucio& x00301;n de Octubre. Primero en las ka& x00301;torgas del zar-un sistema carcelario que prefiguro& x00301; el gulag-entre 1906 y 1912, cuando el escritor apenas contaba dieciocho an& x00303;os, y durante su posterior deportacio& x00301;n a Siberia, Leyvik rescata del olvido a sus compan& x00303;eros de reclusio& x00301;n-ya fueran revolucionarios o presos comunes, judi& x00301;os o gentiles-y evoca su infancia, la educacio& x00301;n tradicional que recibio& x00301; y el despertar de su compromiso poli& x00301;tico, asi& x00301; como el largo viaje a pie hasta Siberia. Un testimonio tan sobrecogedor como vital, y una profunda reflexio& x00301;n sobre la vida y la libertad.