Fedro imprime a la fabulística latina un carácter diferente al que le habían dado sus predecesores. Se inspira en la fábula esópica, y como Esopo, a quien lo unía su condición de siervo privado de derechos, utiliza el apólogo para exteriorizar la libertad de pensamiento que se le negaba. La fábula es el pretexto para ejercer la crítica social, pero con el correr del tiempo Fedro renuncia al modelo y adquiere un estilo propio. Por medio de la ficción llevó a cabo una aguda crítica de los acontecimientos y de las personas de su época. El mundo irreal le permitió mostrarse cada vez más audaz en sus intentos. Fedro dio al género, considerado en Roma como una rama menor de la sátira, categoría magistral. Marcial clasifica sus fábulas como maliciosas. Las frecuentes alusiones contenidas en ellas y más visibles en los últimos libros las convierten en un documento histórico de gran valor.
Ficha técnica
Editorial: Losada
ISBN: 9789500305952
Idioma: Castellano
Número de páginas: 300
Tiempo de lectura:
7h 7m
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Fecha de lanzamiento: 01/03/2007
Año de edición: 2007
Plaza de edición: España
Colección:
Clasicos Losada
Clasicos Losada
Peso: 170.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Tomás de Iriarte
Tomás de Iriarte (1750-1791), proveniente de una familia culta y distinguida, llegó a Madrid desde Puerto de la Cruz, Tenerife, con tan sólo catorce años. Allí realizó sus estudios de latín, griego y francés, gracias a los cuales pudo suceder a su tío como traductor de la Secretaría de Estado en 1771. Compaginó desde entonces sus tareas oficiales con su trayectoria literaria, iniciada con traducciones de piezas de teatro francesas y del Arte poética de Horacio, y que seguiría con la composición de poemas, obras de teatro de contenido mayormente satírico y sus célebres Fábulas literarias, con las que se jactaba de ser el primer introductor del género a nuestras letras, lo que le supuso una contienda con el que hasta entonces había sido su amigo, Félix María de Samaniego, que había editado sus Fábulas tan sólo un año antes. Aquejado de gota, Iriarte murió en Madrid el día antes de cumplir 41 años.