En este inicio de siglo, con el surgimiento de las redes sociales, nadie alcanzó a imaginar de qué manera influirían estas sobre el individuo, así como el poder y el control que ejercerían sobre la sociedad. Esto y la aparición de la aplicación WhatsApp han marcado fuertemente una nueva manera de interrelacionarnos, comunicarnos y expresarnos entre nosotras y nosotros.
WhatsApp llegó a nuestras vidas sin un manual de uso ni de instrucciones, y se ha convertido más que en una herramienta ventajosa, en un arma social arrojadiza que está actualmente fuera de control, y si no se le pone límites o se frena de alguna manera, terminará superándonos.