La saeta, cante hecho oración, es sin duda, un símbolo de la Semana Santa Andaluza y,
también, de otras regiones españolas.
Nacida como cante llano, salmodiado, al calor de las procesiones de las órdenes
mendicantes, pronto enraíza con la religiosidad musical y popular de numerosas ciudades y
pueblos de nuestra geografía.
Este libro, partiendo de esta realidad, profundiza en el proceso sinuoso y complejo de su
aflamencamiento, llevado a cabo durante un largo período que abarca la segunda mitad del
siglo XIX y primeros del XX y que no se puede adjudicar a ningún cantaor en concreto sino,
más bien, a la lenta maduración evolutiva de la manera de entender y ejecutar un cante
matriz, la seguiriya, por una etnia, la gitana, acostumbrada a llevar a su terreno coplas
populares del acervo musical castellano.
La amplia documentación manejada, las noticias publicadas por la prensa de la época así
como las grabaciones que se indican aportan un contenido muy completo para comprender,
valorar y apreciar una forma de cantar expresada con el sentimiento indefinible de lo jondo