Trads. Jerónimo Páez y Fernando Miranda. Los primeros veinticinco años de la vida de Winston Churchill estuvieron llenos de aventuras: desde sus primeras experiencias escolares, lejos de su familia en los internados ingleses, hasta su fuga de un campo de prisioneros durante la Guerra de los Bóer en África del Sur, pasando por las marchas nocturnas, el entrenamiento en las academias militares, su participación como observador junto a las fuerzas del general Martínez Campos en los enfrentamientos de la Guerra de Cuba, en las batallas del Valle de Mamund en la India, su intervención en la última y más famosa carga de caballería del Imperio británico contra los derviches sudaneses en las planicies de Omdurman o su lucha por hacerse con un escaño en la Cámara de los Comunes. Reconocido unánimemente como el mejor libro jamás escrito por este insigne estadista, su entusiasmo por la vida se desborda en las páginas de Mi juventud. Pero la presente obra es mucho más que un libro de aventuras. Es un retrato elegíaco de un maravilloso periodo, pleno de contenidos eduardianos, que está a punto de expirar en vísperas del estallido de la I Guerra Mundial, y que nos muestra en toda su complejidad a uno de los más extraordinarios personajes del siglo XX. A lo largo de los capítulos de Mi juventud iremos descubriendo la inagotable inquietud y curiosidad del autor, la nostalgia por el padre ausente y la influencia que sobre él tuvo un caduco sistema escolar. La obra literaria con la que más he disfrutado en siglo XX.
Ficha técnica
Editorial: Almed Ediciones
ISBN: 9788493668570
Idioma: Castellano
Número de páginas: 356
Tiempo de lectura:
8h 28m
Encuadernación: Encuadernación en tela
Fecha de lanzamiento: 09/01/2012
Año de edición: 2010
Plaza de edición: Granada
Especificaciones del producto
Escrito por Winston Churchill
Winston Churchill (Palacio de Blenheim, 1874-Londres, 1965) abandona en el año 1900 la carrera militar para ocupar por vez primera un escaño en la Cámara de los Comunes. Para entonces, ya había alcanzado fama por su huida de una prisión boer y sus trabajos de corresponsal de guerra. Continuó en ascenso hasta 1915, cuando el desastre de Dardanelos pareció acabar de golpe con su brillante carrera. Hasta 1940 no se recobraría plenamente para vivir, en la Segunda Guerra Mundial, su hora más dulce, liderando al Reino Unido hacia la victoria aliada. En julio de 1945 sorprendió al mundo al perder las elecciones. Ejerció un segundo mandato en 1951 hasta su renuncia final en 1955. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial la creación de una Europa unida fue, en palabras de su biógrafo Martin Gilbert, «uno de los tres asuntos que dominarían su pensamiento».